Llegar a Primera División o, al menos, parecerse a los futbolistas que juegan en esta categoría. Ese es el anhelo de cualquier niño cuando se integra en un equipo de balompié.
Por eso, Álvaro Molina, salmantino de 25 años, no dudaba en coger las maletas y fichar por las canteras del Rayo Vallecano de Madrid y del Club Deportivo Leganés para probar suerte. Ahora cumple su tercera temporada en las filas del Fútbol Alcobendas Sport, entidad que milita en el Grupo VII de Tercera y que el pasado verano sufría una transformación.
Cuatro nuevos dueños se hacían cargo del equipo, entre ellos Thomas Partey, centrocampista del Club Atlético de Madrid, atraído por la idea de ayudar a su representante, al hijo del mismo y a un socio de este último, además de por poder echar a una mano a futbolistas de su país, Ghana, que firmaban por el cuadro madrileño.
“Viene a algunos entrenamientos y a los partidos que puede. Sus compromisos y los viajes le impiden acudir siempre, pero se preocupa por nosotros y nos apoya. Cuando entra en el vestuario, es cercano y colaborador. Da muchos consejos. Se ha implicado mucho con este proyecto”, cuenta Álvaro Molina a SALAMANCA24HORAS.
El defensa charro considera que la llegada del medio rojiblanco al Alcobendas Sport es un plus para algunos componentes de la plantilla. “Consejos personales no me ha dado, pero se nota que es muy cercano con los ghaneses del equipo”, relata.
Molina, como todos sus compañeros, tiene fotos con Thomas: “Es un jugador muy bueno que aparca mucho campo y que está creciendo. Para mí, es un joven con proyección que puede llegar a más. Es un espejo y una referencia para nosotros, aunque yo no sea del Atlético”.

Quizás, le convenza regalándole algún obsequio de la formación colchonera. “No le hemos pedido nada, pero si le solicitáramos entradas, seguro que nos daría”, asegura Molina, que está viviendo la experiencia de jugar en Tercera para un dueño de Primera.
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