El magistrado encargado de decidir el futuro de la Unión Deportiva Salamanca conocerá de sobra que su decisión se espera como agua en mayo en todo lo que rodea a la entidad blanquinegra. Todas las partes obran a su manera y parece cuestión de horas que el veredicto se produzca.

Los administradores parece que ya han hecho su trabajo y han expuesto al juez la situación real de la UDS, de un convenio de acreedores que no se aprobará por la no presencia del Banco Popular y por falta de quórum y de la intención de Juan José Hidalgo de hacerse con los derechos federativos de la entidad. Los ahora regentes del club son conscientes de que sus días en la Unión se van acabando sin haber podido sacar adelante su primera opción.

En otra orilla, Hidalgo, que no se va a pronunciar más de lo que ha venido haciendo y que únicamente espera la subasta de los derechos federativos de la UDS y la tasación de los mismos, de lo que dependerá y mucho que puje por ellos. Con él, todos los que apoyan su nuevo proyecto.

Y el otra orilla, los aficionados que continúan trabajando incesantemente para que la UDS no desaparezca y que esperan reunirse con el empresario para hacerse recapacitar. Estos están igualmente a la espera, una espera que no debería hacerse mucho más larga por los plazos que se ha marcado la administración.

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