Seguramente en los planes de María Hernández cuando se disponía a conducir la Unión Deportiva Salamanca eran muy lejanos a las más de dos semanas que lleva al frente del equipo blanquinegro. Ya no sólo es tema de resultados, sino de rendimiento en el terreno de juego por parte de sus futbolistas.

Pese a que el técnico salmantino no ha apostado por grandes revoluciones en sus alineaciones, sólo Zubiaurre ha desaparecido de los onces que solía formar Gorka Etxeberría, los resultados no han sido los esperados y los análisis de las dos primeras jornadas de la UDS de María dejan bastantes dudas.

La apuesta por José Rodríguez como lateral ha bajado considerablemente el rendimiento del balear, que estaba realizando un buen papel en el eje de la zaga. Es la única solución clara de María si no apuesta por Zubiaurre, pero teniendo en cuanta que Pol no está en su mejor momento y que Faria no parece gustar, el técnico está en la encrucijada de ver quién abandona el once. He ahí el primer gran problema, una defensa poco fiable.

La importancia que en un equipo siempre tiene la medular y el no tener rupturas entre líneas es el segundo problema que se le ha visto a la UDS de María. Con un Lázaro intentando estar en su sitio, Pablo de Lucas no ha estado en plenitud y la Unión no se ha caracterizado por el fútbol vertical. La solución los dos partidos que ha querido imponer el técnico unionista ha sido Víctor Andrés, pero el jugador cedido por el Numancia está a años luz del que arrancó la temporada.

El tercer punto en contra es el juego por bandas. Ni Piojo ni Borja Sánchez, los dos hombres elegido por el entrenador de la Unión para ser las armas en los costados, están bien. El primero ya llevaba tiempo estando lejos del que fue en el arranque liguero, pero el abulense atraviesa una crisis de juego y no le sale nada, notándolo y mucho el bloque salmantino.

Y en la delantera, cinco jornadas sin gol son muchas para un Igor de Souza poco acertado y que en las dos jornadas con el nuevo míster apenas ha rendido e incluso ni probado puerta. Algo más de presencia ante el Avilés, pero nula ante el CD Marino, siendo además el primer cambio ante los tinerfeños. Si el brasileño no se siente a gusto y que le dan confianza, es como si la Unión jugara sin punta.

Pero además, la sensación es que María Hernández no ha sabido tocar la tecla de la motivación con su llegada. La imagen del equipo, bastante distraído en otros aspectos, no es la adecuada para afrontar el tramo inicial de liga y las dudas acerca del compromiso de los jugadores se han puesto encima de la mesa especialmente por lo que ofrecieron en Canarias.

Complicado creer

Afición y club parecen desistir en muchos casos sobre el rendimiento adecuado hasta final de campaña del equipo y el logro del objetivo, el playoff. La entidad esperaba mejor respuesta del cambio de entrenador y el toque de atención ya se ha producido, ahora bien, teniendo en cuenta que ya se piensa que hay poco que cambiar. Lo institucional parece actualmente más importante y sobre lo que se trabajará si la lucha deportiva se termina demasiado pronto.

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído