Cuando en julio de 2019 fichaba por el CSKA de Sofía, elclub que más Ligas de Bulgaria ha ganado (31), Raúl Albentosa pensabaencontrarse este viernes inmerso en la disputa de la fase por el título a lavez que soñando con jugar competición europea en la temporada 2020-2021.
Sin embargo, este Lunes de Aguas llegaba a Salamanca en unvuelo privado tomado en Sofía junto a su mujer y sus dos hijos que aterrizabaen el aeropuerto de Matacán tres horas y media después. Su objetivo, pasar lacuarentena en tierras charras, donde tiene una casa al ser su esposa y susdescendientes naturales de la ciudad.
Él es valenciano, tiene 31 años y ha militado en el Elche B,el Elche, el Caravaca, el Murcia B, el San Roque de Lepe, el Recreativo deHuelva, el Cádiz, el Eibar, el Derby County, el Málaga, el Deportivo de LaCoruña, el Gimnàstic de Tarragona y el citado CSKA de Sofía.
“Después de dos años duros psicológicamente, fui a Bulgariaa disfrutar del deporte. La ciudad de Sofía es muy bonita, se nota que es lacapital del país y se vive bien en ella. Sin embargo, al detenerse el fútbolpara evitar la propagación del coronavirus a falta de dos jornadas para acabarla fase regular, el dueño del club me llamó para que fuera a su oficina. Allíme expuso que él paga el 90% de los gastos y que no podía mantener a toda laplantilla sin que hubiera competición, por lo que me indicó que necesitabarescindirme. Le respondí que sin problema, renunciando al año y tres meses queme quedaban de contrato, porque entiendo la situación. Me salió del corazónaceptar sin rechistar para ayudar a la entidad porque todos los estamentosestaban contentos conmigo. Incluso colaboraba para tratar de llevar a jugadoresespañoles al equipo. Me sabe mal tener que irme así, pero tenía que sersolidario en este momento, dejando la puerta abierta a poder regresar en unfuturo”, relata el defensa a SALAMANCA24HORAS.
Ahora se encuentra en una situación de paro que aprovechapara mantenerse en forma con entrenamientos de entre dos y tres horas deduración dirigidos por un preparador físico desde Boiro y que Albentosaejecutaba en Sofía y, desde esta semana, en Salamanca: “Monto en bicicletaestática y, sobre todo, hago ejercicios de fuerza con gomas, pesas, mancuernas,cajones y balones. Solamente descanso los domingos y procuro hacer todo en unamisma sesión en vez de dividirlo en mañana y tarde”.
Y es que Raúl, tanto en su confinamiento en Bulgaria comoactualmente en España, dedica tiempo a su familia: “A mi mujer, con la quellevo ocho años y a la que conocí cuando jugaba en el Cádiz porque ellatrabajaba en la ciudad, y a mis hijos, que tienen 4 y 3 años, les encanta Salamanca.Aunque tenemos otra vivienda en Alcira, en esta es en la que guardamos máscosas, por lo que la cuarentena está siendo llevadera. Con los niños estoyrealizando actividades que hacía mucho tiempo que no llevaba a cabo, comopintar con pinceles, o que de no ser por el estado de alarma quizás nunca mehabría atrevido, como cocinar pan y galletas”.
“Tenemos que aprender mucho de esta situación. El que no lohaga, no habrá entendido nada de la vida. El mundo nos ha mandado un mensajepara que valoremos todo cuando esto se normalice. Hay que valorar poder ir porla calle sin mascarilla, comprar tranquilamente, correr al aire libre, leer,estudiar y pasar más tiempo con la familia. La cuarentena no puede ser untiempo muerto que se nos haga eterno por no hacer nada. A mí me está enseñandoa disfrutar más de los buenos momentos”, cuenta el deportista.
Al haber vivido el confinamiento en dos países (en Bulgaria comenzaba el 21 demarzo), el zaguero considera que los políticos búlgaros aprobaban medidaspreventivas antes que los españoles: “Cuando supieron qué ocurría en España eItalia tomaron decisiones más drásticas, como cerrar los aeropuertos. Parapoder volar a Salamanca tuve que hablar con la Embajada de España, puessolamente se permite un vuelo semanal si se considera que hay gente suficientepara realizar el viaje”.
“El mundo entero vive en una especie de estado de alarmaglobal que puede que nunca más vuelva a acontecer”, explica el central, quecalcula que los campeonatos balompédicos podrían retomarse en junio conestadios vacíos y con el temor a que un jugador se infecte de Covid-19, lo queobligaría a sus compañeros y a los rivales a guardar otra cuarentena que aplazaríapartidos.
Raúl Albentosa podría estar en ellos, pues tiene permisopara fichar por algún club si la suspendida campaña 2019-2020 se retoma, puesla Federación internacional de Fútbol Asociación (FIFA) ha cambiado elreglamento y permitiría incorporar a futbolistas afectados por un despidocausado por la ‘Crisis del coronavirus’, como es su caso.
¿Lo haría con temor a contagiarse por el virus que haprovocado esta cuarentena? “No hay que tener miedo ni pánico, sino respeto. Sinos dicen que tenemos que quedarnos en casa, ponernos mascarillas y ducharnoscada vez que volvemos de la calle, eso es lo que hay que hacer. Quién sabe siacabarás contagiándote dentro de unos meses por estar cumpliendo con unaobligación laboral. Ojalá aparezca una cura”, anhela para que el balón defútbol y su vida, como la del resto de trabajadores afectados por estapandemia, vuelvan a rodar.