Muchos se echaron las manos a la cabeza cuando, en el mercado de invierno, el Salamanca CF UDS perdía a más de la mitad de sus goles hasta la fecha. Pablo González, Héctor Gómez, Fer Ruíz y Moussa salían del conjunto, que ?sólo? firmaba a Asdrúbal Padrón (sin contar a Santi Luque) para reforzar su ataque.
Sin embargo, con lo que poca gente contaba era con la irrupción como goleador de Iván Calero. El madrileño, cedido por el Elche en el conjunto charro, comenzaba la temporada como lateral derecho, demarcación que venía ocupando en el conjunto ilicitano.
Pero Antonio Calderón observó un gran potencial en él, motivo por el que comenzó a otorgarle una mayor presencia ofensiva. Ya fuese como carrilero en una defensa de cinco, o como extremo en un sistema de cuatro defensores (donde Tyson le cubre la espalda), el madrileño poco a poco ha ido pisando área, lo que le ha valido para convertirse en el atacante que la afición tanto reclamaba.
Una posición que no es nueva para el canterano del Atlético de Madrid, eso sí, puesto que en las categorías inferiores de los rojiblancos como en sus experiencias europeas jugaba de extremo. Fue el año pasado en el Elche, cuando por las bajas, reacondicionó su puesto, si bien parece que no ha olvidado lo que es ser atacante.
Tanto es así que cinco de los últimos siete goles del Salamanca CF UDS llevan el sello de Calero. Suyos fueron dos de los tres tantos que hizo el equipo de Calderón el Día de Reyes ante el Celta B (3-1, siendo el tercero de Pablo González), el gol ante el Fuenlabrada que empataba el partido (aunque finalmente perdiesen el encuentro) y las anotaciones de la victoria ante Unión Adarve y Sanse.
En total, goles que han dado seis puntos al conjunto (sin sus tantos, los partidos habrían acabado en empate), lo que le permite tener una gran renta sobre el descenso y haber certificado, de manera virtual, la permanencia.
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