Deportes

El legado salmantino de José Luis García Traid

Este sábado se cumplen 30 años del fallecimiento del entrenador que llevó al fútbol charro a la máxima categoría por primera vez.

J L García Traid (1)

El 19 de mayode 1974, en la penúltima jornada de Liga de Segunda División, la UniónDeportiva Salamanca gana en el estadio Helmántico al Real Betis Balompié por 1-0.Ese gol, conseguido por José Luis Sánchez Barrios, unido a los resultados delos anteriores partidos, provocan que el cuadro salmantino consiga unhecho inédito en su historia y en la de la ciudad: ascender a Primera División.

Eseequipo está entrenado por José Luis García Traid, un zaragozano nacido el 6de abril de 1936 que cumple su segunda campaña en Salamanca y que ha sidofutbolista del Real Zaragoza y el Levante Unión Deportiva, además de integrantede la selección de España Sub 21.

Unalesión le retira en 1963, momento en el que se prepara para ser técnico,pasando por el Juvenil del Club Deportivo San Lamberto y el Deportivo Aragónantes de saltar a la élite con la Sociedad Deportiva Huesca y el Real Zaragoza.

En1972, con el plantel blanquinegro en la tercera categoría, firma por la UDS,a la que dirige hasta 1978, completando cuatro cursos en Primera. Después,se sienta en los banquillos del Real Betis Balompié, el Burgos Club de Fútbol,el Club Atlético de Madrid y el Real Valladolid Club de Fútbol.

Perotras subir a la entidad charra por primera vez a la máxima categoría, regresa a la Unión en la temporada 1984-1985, en la que el conjunto salmantino milita en Segunda División. La coge a doce jornadas para el final y no puede evitar eldescenso a Segunda B.

Mástarde, recala en el Real Club Celta de Vigo y el Hércules Club de Fútbol paravolver a la villa del Tormes en la sesión 1987-1988, con la plantilla en lacategoría de bronce. La conduce a Segunda, pero el 5 de marzo de 1989 la dirigepor última vez, pues es destituido.

Profesorde la Escuela Nacional de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol,fallece el 11 de enero de 1990 en una intervención quirúrgica para eliminargrasa del cuello y que se realiza en la clínica Montpellier deZaragoza.

GarcíaTraid es enterrado en el municipio maño, aunque sus hijos (Susana, Marta, JoséLuis y Mónica) meditan que descanse en Salamanca, lugar al que se mantiene ligadoa través del fútbol.

Pararecordarlo, en su primer encuentro en casa posterior al sepelio, la Unión Deportiva Salamanca reza un Padrenuestro y deposita un ramo de flores en el banquillo que ocupaba.También, hasta su desaparición en 2013, otorga su nombre al trofeo que elige alos mejores jugadores del club cada campaña a través de los votos emitidos porperiodistas, ayudando a crear un ambiente de añoranza en torno a estepreparador.

“Salamancaguarda un buen recuerdo de mi padre, que cogió a un equipo modesto y encondiciones precarias, pues la ciudad deportiva del Helmántico tenía campos detierra, para llevarlo arriba. Yo vivía en Zaragoza, pero pasé varios veranos enla localidad con él y comprobé el cariño que se le tenía, ya que en una épocaen la que no existían los teléfonos móviles para hacerse fotos con los ídolos,la gente le detenía por la calle para charlar con él y pedirle autógrafos. Residía en la calle de Velázquez e íbamos mucho a un bar de la Plaza Mayor que leencantaba, pues le gustaba tapear. Entre sus aficiones también se encontraban jugar alas cartas (se enfadaba mucho si perdía y podía levantarse de la mesa, aunqueregresaba a los diez minutos) y al bingo. Al que tenía el club en la plaza deEspaña acudíamos alguna tarde y me hacía ilusión contemplar trofeos expuestosallí que había ganado él”, detalla José Luis García, su único hijo varón, aSALAMANCA24HORAS 30 años después del fallecimiento del entrenador.

Eldescendiente de García Traid echa de menos las conversaciones sobre fútbol que mantenían en la capital salmantina y rememora cómo su progenitor evitaba que suscompañeros de clase le agredieran: “La Unión ganó un partido al Zaragoza y losniños del colegio me quisieron pegar porque convirtieron en responsable de elloa mi padre, que llamó al director para que interviniera”.

Ellegado de José Luis García Traid también pasa por sus tres nietas: ArianneKalani, Katia Mahea y Maia Kahili.

Todas son hijas de Susana, habitan en Kona(Hawái), llevan el balompié en los genes y juegan en equipos del lugar.

Marta, otra de las hijas de José Luis García Traid, vive enLogroño, mientras que en Zaragoza, además del hijo varón, habita Mónica. Enla localidad aragonesa existe un campo de fútbol de hierba artificial que llevala denominación ‘García Traid’ y se halla su tumba, espacio al que desde su muerte,como cada 11 de enero, acudirá este sábado quien heredaba su nombre: “Todos losaños se hace una misa. Yo le llevo dos rosas rojas al cementerio sobre las 7 dela tarde, cuando hay poco gentío. Hace tiempo que nadie le pone flores, salvomi tía. Si estuviera en Salamanca, por el poso que dejó, irían más vecinos averle”.

Unode ellos podría ser el argentino Jorge D’Alessandro, que ejerce de portero delSan Lorenzo de Almagro en el Trofeo San Juan de Sahagún disputado en el estadioHelmántico en 1974. García Traid observa su estilo y lo ficha para elestreno de la Unión en Primera. “Cambió mi vida porque me trajo al lugar en elque ahora resido. Es la piedra angular de la historia del fútbol salmantino.Provocó que, futbolísticamente, Salamanca pasara del anonimato a desempeñar unpapel importante a nivel nacional. Con el tiempo, lo veo como un profeta quevino cargado de ilusión y humildad”, relata a este medio de comunicación quien,a las órdenes de este técnico, ganara el Trofeo Zamora en las Ligas 1974-1975 y1976-1977 en la máxima categoría, aunque tuviera que esperar al 16 dediciembre de 2019 para recibirlos por medio de un Trofeo Zamora Histórico.

D’Alessandro destaca el trato cercano con él: “Aunque fuera elentrenador, era una persona llana y directa a la que podías considerar unamigo. Teníamos mucha familiaridad y empatía. Hablábamos mucho e intentábamosaportar cosas positivas al equipo. La relación con los jugadores era tan buenaque le sugerimos fichar a Joao Alves y nos hizo caso. Por si fuera poco, seportó fenomenal cuando perdí un riñón y no pude jugar. Varios de losfutbolistas a los que dirigió fuimos en autocar a Zaragoza para asistir a sufuneral. Su muerte fue una manifestación de aprecio que excedió el planodeportivo. José Luis García Traid era un ciudadano más de Salamanca al que elimaginario colectivo tiene que considerar como otro salmantino”.

De Salamanca es Joaquín Ramos Marcos, amigo de García Traid.“Tuvimos muchas vivencias. Era muy buena persona. Comimos varias veces juntos,pero conmigo no jugó a las cartas porque no entiendo”, comenta el exárbitro debalompié a SALAMANCA24HORAS.

RamosMarcos recuerda la afinidad que tenía su familia con los hijos de José Luis yuna conversación que aún le produce escalofríos: “Antes de la operación me llamó por teléfonopara comentarme que entraba al quirófano y decirme que ya nos veríamos. Pasados30 años, pienso que se estaba despidiendo de mí sin saberlo”.

Sin embargo, en 2020, José Luis García Traid lleva su unionismo ysentimiento charro consigo, pues su féretro lo cubren una bandera del RealZaragoza y otra de la Unión Deportiva Salamanca. Conocedor del cariño quetodavía le profesa la capital salmantina, su hijo continúa dándole vueltas a lacabeza 30 años después de su adiós: “Sigo creyendo que, quizás, lo conveniente hubiera sido enterrarlo en Salamanca”.

Comentarios
Un. Socio de muchos años Hace 2 años (08/12/2021 12:00)
Gracias, siempre (matraco)
Kaos Ravito Hace 2 años (20/06/2021 14:36)
No se,pero creo recordar y sino que alguien me corrija que en su segunda etapa vivio unos meses en la Plaza Carmelitas. Porque yo recuerdo salir en la misma pandilla de sus hijas
Ver más