Marta Fernández reconocía que el desgaste acumulado hizo que ya tres semanas, “mi cuerpo dijo: basta. La pena es que lo dijera justo en la mañana en que me desperté en la final de la Copa de la Reina, pero el deporte tiene estas cosas, el cuerpo manda y hay que aceptarlas".

La escolta pasó dos semanas en las que ni pudo tocar balón, ni pudo viajar con las compañeras por le bien de todas las partes y para llegar adecuadamente a lo realmente importante en liga. “Es muy duro para una persona tan inquieta como yo que necesito estar todo el día haciendo algo, pero es que casi no me podía mover, todo el día rígida. A nadie le gusta estar lesionada, pero con la actividad que tengo yo todo el día, se hizo muy difícil”, decía.

Ahora Marta tiene por delante dos semanas, más el parón que ya ha vivido, para ponerse a tono. Ya jugó contra Gran Canaria y a buen seguro contra Bembibre tendrá mucho más descanso. Eso para ella no importa, es primordial recuperarla para el día 13, “por suerte ahora tenemos un margen de tiempo bueno para mejorar sensaciones, recuperar el ritmo y llegar en el mejor estado posible a las eliminatorias", explica Fernández.

Para ello, además de las sesiones con sus compañeras, Marta aprovecha descansos y días libres para acudir a Würzburg, para tirar, para ejercitarse, además de las sesiones diarias de fisioterapia.

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