Después de la primera derrota en casa en la Euroliga, Miguel Ángel Ortega asumía el traspié. “En la medida que se han ido cerrando, nos hemos chocado. A veces parecía que buscábamos balones interiores cuando detrás de Erika había dos más. Cuando el jugador falla, tiene menos alegría para tirar”, admitió Ortega.
Además, reconoció que su equipo perdió confianza con el paso de los minutos: “Ya sabemos que Roberto está en la línea de ser duro y ellas ven que van anotando y tú fallas, y se han crecido. Te duele perder porque algunas jugadoras quedan tocadas”.
“Nos vamos con malas sensaciones pero tenemos que analizar los errores. Creo que no nos ha ayudado que la pelota no quisiese entrar y no hemos defendido a nuestra intensidad habitual. Ellas se han cerrado bastante y se nos ha hecho un poco difícil”, aseguró la pívot Laura Gil.
El técnico de Nadezhda valoró la victoria de su equipo. “Estoy contento con mi equipo porque tenemos muchas rookies en Euroliga. Le he dicho continuamente al equipo que atacase la defensa siendo valiente. Atrás hemos estado inteligente. Les ha costado la defensa de Milovanovic porque le pusimos una ‘tres’ y no una cuatro. El partido ha sido más igualado de lo que dice el marcador. Veo a Avenida en la siguiente fase”, explicó Roberto Íñiguez.
La base española de Nadezhda, Cristina Ouviña, se mostró orgullosa de sus compañeras: “Estoy muy orgullosa de mi equipo porque después de todo este parón y de los problemas de enfermedades que hemos tenido, hemos demostrado que seguimos muy fuertes. Salamanca es un equipo que presiona mucho y pone un nivel defensivo muy alto”.
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