Una vez finalizado el encuentro, el Municipal Luis Ramos festejó por todo lo alto el ascenso del Guijuelo a Segunda RFEF. Los jugadores no pararon de abrazarse, bromear y ser felicitados por sus seres queridos. “Si el Guijuelo quiere, yo tengo fuerzas para seguir. Este año se ha hecho un vestuario y ha sido la clave.”, explicaba Carlos Rubén a SALAMANCA24HORAS en pleno césped.
Otros, como el salmantino Coque, dejaban claro lo importante que era el ascenso: “El equipo ha sido trabajado mucho desde el principio. Yo llegué después pero el equipo ha jugado miércoles – domingo muchos meses. Es muy merecido”.
El que no paró de llorar fue Mario Sánchez. El técnico salmantino se fundió en un abrazo con el director deportivo Jonathan Martín en el césped y ambos soltaron toda la tensión de la temporada.
“Acaba el partido y no sabes cómo reaccionar. No sabes si reír o llorar. Me ha emocionado mucho ver a mi familia en la grada; especialmente por mi padre que lo ha vivido muy intensamente”, explicó el técnico al término del duelo.
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