Segunda derrota en Euroliga para Avenida y, en esta ocasión, el esfuerzo de la segunda mitad no se vio recompensado. Un malísimo inicio de partido condenó a un Avenida que lo dio todo tras el descanso pero que dejó escapar el triunfo cuando lo acariciaba con las manos. Sopron se llevó el duelo por 73-67.
Perfumerías Avenida volvió a reencontrarse con fantasmas del pasado. Esos fantasmas que noqueaban al conjunto dirigido por Alberto Miranda en el primer cuarto. En esos diez primeros minutos, Uniqa Sopron le endosó un parcial de 29-13. La defensa fue prácticamente inexistente y las húngaras aprovecharon para mover el balón y anotar desde cualquier posición. En ataque, algún chispazo de Marginean y la raza de Silvia. Nada más.
Ni siquiera pudo reaccionar Avenida y vencer el parcial del segundo cuarto. Lo más destacado fue el debut de Liston y su primer triple en el primer balón que tocó. Las charras llegaron al descanso con dieciocho puntos de desventaja (44-26) y con la defensa hecha añicos debido al trío Fegyverneky (13), Simon (9) y Krnjic (10).
Lo que sucedió en el vestuario se quedará entre las jugadoras y miembros del cuerpo técnico perfumero pero el conjunto salmantino fue otro. En seis minutos, las charras infligieron a su rival un parcial de 2-15, lideradas por Ndour para meterse de lleno en el partido (46-41).
Un parcial de 7-2 para las locales volvió a poner el choque cuesta arriba pero el arreón salmantino, jugando como equipo y defendiendo de forma excepcional, dejó el duelo en 53-47 a falta del último cuarto.
En los diez minutos finales, Perfumerías Avenida se lanzó a por el partido con el valor de un guerrero que nada tiene que perder. A falta de cuatro minutos, un triple de Leo y una canasta de Gemelos pusieron por primera vez en el duelo a las charras por delante (61-62).
El tramo final fue simplemente de infarto. Húngaras y charras pelearon por la victoria con un intercambio de canastas frenético y muy tenso. Un triple de Crevendakic y una canasta de Fegyverneky puso a Uniqa Sopron cinco arriba a falta de cincuenta segundos para el final. Una renta irrecuperable para las guerreras azulonas.
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