El enfado de Raúl Ruiz era patente. A los treinta y dos minutos de partido, el carrilero recibió una falta por detrás y le pidió amarilla al árbitro para el rival. Pero no esperaba el desenlace de Estrada Fernández.
El trenzilla se fue a por Raúl y le sacó tarjeta amarilla. Era la segunda del jugador chacinero, que tuvo que irse a la caseta. El mosqueo de Raúl Ruiz en el terreno de juego, todavía sin creérselo fue correspondido por los aplausos de un Calderón que tampoco entendió la situación.
"Llevo jugando a esto del fútbol desee los 7 u 8 años y nunca me he sentido así en un campo de fútbol. De verdad que no le digo nada. Solo le pido la amarilla como me la sacó a mí. Como persona deja mucho que desear. Creo que me ha robado mi sueño. Me cuesta hablar, porque ha venido familia a verme. Estoy jodido", explicó el alicantino al borde de las lágrimas.
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