La Real Federación Española de Fútbol ya tiene ?excusa?. Ningún equipo de Segunda División B, y es novedad en el fútbol actual, descenderá por impagos esta temporada por lo que el cupo de 80 equipos está cubierto. Aún falta por saber la distribución de los cuatro grupos, eso sí, después de los cambios en forma de ascensos y descensos que solo dejan al grupo III, entendido con la distribución actual, con el número de equipos exacto.
Además de las diferentes discusiones de los equipos a los que deberá enfrentarse la RFEF, todavía sigue pendiente un problema que intenta evitar. El Salamanca Athletic sigue en la pelea por entrar a competir en lo que el entorno de Juan José Hidalgo entiende como algo propio desde que comprara los derechos federativos de la desaparecida Unión Deportiva Salamanca.
Son, desde entonces, dos años de idas y venidas por parte de ambos en el que nadie parece dispuesto a rendirse. La luz sigue apagada por ambos lados con un Salamanca Athletic intentando inscribirse como Sociedad Anónima y la RFEF impidiéndoselo pidiendo dos millones de euros por posibles perjuicios. Uno de estos sería, precisamente, tener que descender a algún equipo de los que ahora pertenecen a la Segunda División B, ya completa.
La otra opción, de lograr Juan José Hidalgo su objetivo, sería que uno de los grupos tuviera 21 equipos, algo que ya ocurrió en el año 2013 en el grupo III debido al caso Orihuela, al que el juzgado de lo Mercantil, nº3 de Alicante obligó a inscribir al equipo a pesar de no presentar los avales requeridos alegando que se encontraba en Ley Concursal. Aquella Liga ya había empezado y el Orihuela, en Tercera, había ganado un partido y empatado otro antes de regresar a la Segunda B, en la que solo duró un año. El equipo descendió deportivamente y, además, la Audiencia Provincial de Alicante le dio la razón posteriormente a la RFEF al alegar que cualquier equipo debe cumplir con la normativa de la Federación sea cual fuere su situación.
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