Ha sido un verano convulso el del juvenil del Salmantino, que pasó por luchar hasta el último minuto por el ascenso a Liga Nacional y Regional Juvenil a tener que rehacer un equipo desde cero. El descenso administrativo de todos los conjuntos del club, salvo el benjamín, afectó sobre todo a un juvenil que todavía hoy sigue buscando jugadores para completar la plantilla.

Al final, eso sí, han conseguido salir a disputar la Segunda División Juvenil, donde no han comenzado del todo bien. El ir haciendo un equipo desde cero no es fácil y siempre se necesita más tiempo de aclimatación. Si a ello se le suma un temprano comienzo de temporada hace que el conjunto esté en una sensación de pretemporada en la que no dejan de avanzar. El trabajo siempre da sus frutos y poco a poco, semana a semana, se van notando.

Tanto es así que de los cuatro partidos disputados, a pesar de solo haber vencido en uno, su entrenador, Javier Matilla, dice que solo debieron perder en uno. La progresión se deja ver en cada entrenamiento donde los jugadores se encuentran cómodos y se enganchan. El reto ahora, una vez constituido el equipo, es ir arreglando esos pequeños fallos que aún se tienen, normal para un conjunto nuevo que las convocatorias que ha completado ha sido gracias a cadetes.

Hasta allí siguen llegando jugadores. Esta semana, de hecho, llegó uno más que seguramente no será el último. Javier Matilla confía que en cuento llegue la estabilidad de nuevo al club, la gente volverá a querer ir al que considera el heredero de la Unión Deportiva Salamanca, algo que, obviamente, no está relacionado con que otros clubes lo estén haciendo bien.

Eso, la estabilidad, solo llegará con trabajo. Lo sabe el propio Matilla que también afirma que no dudó en echar una mano al club cuando más lo necesitaba. Y así seguirá durante una temporada en la que no se marca objetivos. Al final es una Segunda División muy pareja en la que nadie destaca y cuando se consigan arreglar ciertos fallos defensivos que ha habido hasta ahora, el conjunto saldrá a flote ya que sí consiguen realizar muchas aproximaciones al área.

La obsesión, eso sí, no es otra que progresar y seguir creciendo con una plantilla joven en la que la mayoría de jugadores son de primer año. Con ellos y con lo que va llegando se han adaptado para buscar el mejor sistema que les ayude a disfrutar del fútbol. Según las necesidades del juego van cambiando, aunque el 4-4-2 es el más utilizado. Veremos cuál será a final de temporada.

La plantilla está formada por Guille y Jorge (porteros); Ramos, Óscar, Óscar, Sergi, Andrés y Javier (defensas); Pablo, Turrión, Álex, Álvaro, Mario y José Carlos (centrocampistas); Jorge, Cristian y Guille (delanteros); Javi Matilla (entrenador), Borja y Pablo (preparadores físicos) y Luis (delegado).

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