"El síndrome de Peter Pan", ganador del décimo concurso de microrrelatos de la San Silvestre Salmantina

El jurado dictaminó a favor del relato de Raúl Clavero Blázquez

Presentación de la XXXVIII San Silvestre Salmantina
Presentación de la XXXVIII San Silvestre Salmantina

"El síndrome de Peter Pan" ha sido designado como el microrrelato ganador del décimo concurso de microrrelatos de la San Silvestre Salmantina. La cifra de microrrelatos presentados fue de 280 y el jurado (formado por Daniel Escandell, Alberto Marcos Guillén, Sigifredo Crego, Sofía Vicente y Jerónimo Hernández) decidió el ganador. 

El síndrome de Peter Pan, de Raúl Clavero Blázquez (primer premio)

El hombre, casi anciano, alza los brazos. Está a punto de ganar la San Silvestre salmantina, pero justo en ese instante su propia sombra le abandona, toma unos metros de ventaja y atraviesa la meta en primera posición. El hombre, desconcertado, frena en seco. Los jueces murmuran. Por el público se extiende un silencio sepulcral, sólo roto por los gritos de una mujer. -Te lo advertí. Esto te pasa por no asumir tu edad. A quién se le ocurre ponerse a hacer carreritas, como si tuvieras veinte años. Venga, para casa – le dice, arrastrándolo por el dorsal. El hombre llora. El público ríe. La sombra reclama su medalla ante las miradas recelosas del resto de corredores. Yo, desde mi ventana, observo la escena, pienso en que, por fin, mi venganza es inminente y afilo con mucho, mucho cuidado, mi garfio.

@elverracosalmantino, de Mari Carmen González Calvo (segundo premio)

Como cada año, desde su posición elevada, el verraco de piedra espera a los participantes de la San Silvestre salmantina. Ojalá pudiera él arrancar a correr con ellos, piensa, llenarse los pulmones de aire y trotar hasta caer rendido. Embravecido, se dice a sí mismo que la roca desgastada por los siglos que es su cuerpo no será a la vez su lápida y en cuanto aparecen los primeros corredores él, que poco sabe de leyes naturales pero mucho de terquedades, se libera de su quietud, salta del pedestal y como uno más enfila hacia el puente romano. Desde entonces corre a sus anchas por toda la ciudad. Los residentes, acostumbrados ya a su presencia, le han puesto chip y GPS, para no extraviarlo. Puedes seguirle los pasos en su cuenta de Instagram.

Liturgia, de Jesús Francés Dueñas (tercer premio)

La noche de antes siempre ceno ligero, me acuesto temprano pero duermo mal y poco. Confisco el chupete del niño, mi mejor amuleto, se pasa la noche llorando pero es un mal necesario, lavo las zapatillas, no así los calcetines, me corto las uñas, meto el dorsal debajo de la almohada, dejo preparada la playlist de las canciones épicas, imagino el recorrido memorizado, planifico la estrategia con minuciosidad, cuento ovejitas maratonianas, rezo a San Silvestre un padrenuestro contrarreloj y sueño que arcángeles corredores me llevan en volandas. A la mañana siguiente me levanto temprano, me doy una ducha templada, desayuno despacio y luego medito, saludo al sol y a mi mujer y a mis hijos, me visto, me ato las zapatillas con primorosa lazada, hago estiramientos y caliento antes de entrar en mi habitación. Me siento delante del ordenador y siempre con la mano izquierda empiezo a escribir el microrrelato.

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