Andrea Vilaró acabó exhausta la pasada campaña. La catalana, que siempre se pone a disposición del grupo, ya se encuentra preparada para un nuevo año apasionante en Perfumerías Avenida aunque reconoce la dificultad de entrenar en Würzburg con las altas temperaturas. Vilaró señala la importancia del grupo, agradece el esfuerzo del club para tener una fisioterapeuta más y también desvela el buen humor de Olcay Çakir.
Los primeros días de pretemporada siempre cuestan. “Cuestan porque tras las vacaciones, siempre hay un poco de depresión postvacaciones. Teníamos ganas de vernos todas y reencontrarnos. Cuando llevas muchos años aquí, parece que no te has ido de vacaciones. Estamos entrenando a cuarenta grados y es infernal. No sé cómo podemos mitigarlo… ojalá pudiésemos entrenar mucho más tarde aunque también hace mucho calor. Lo ideal sería que pusiesen aire acondicionado”.
Mitad renovaciones, mitad caras nuevas. “Por una parte es fácil porque el núcleo duro lleva muchos años y así las nuevas tienen más fácil adaptarse a nosotras. Hay un equilibrio muy chulo de gente nueva y de gente veterana. Ahora solo hace falta unir las piezas del puzle”.
Llegaste físicamente al límite al final de campaña. “Llegué muy justa el año pasado. Estaba exhausta. El partido de Valencia ya terminé con mareos y calambres en las piernas. Luego vino la Selección, que disfruté esas semanas. El descanso era necesario, más el mental que el físico”.
Es una buena noticia contar con una fisioterapeuta más. “Todas las ayudas que tengamos era bueno. Si hay algún tipo de lesión durante la temporada, es clave que haya una fisio tratando aquí y otra que viaje es clave”.
En Avenida, el esfuerzo es innegociable. “Aquí en Salamanca, el colectivo va por delante del yo. Es difícil hacerlo. Sabiendo la experiencia de los últimos años, que hemos podido ganar pero también hemos perdido, hay que inculcarle esto a las nuevas. Ya lo dijo Pepe: “aquí se viene a trabajar al cien por cien”. Es la filosofía que tenemos”.
Su rol esta campaña. “Mi rol y mi mentalidad es ayudar siempre que pueda. El año pasado tuve la oportunidad de jugar más de lo que venía haciéndolo. La mentalidad no cambia. Soy una más e intento ayudar en todo”.
¿Quién es la compañera que más le ha sorprendido? “Al final, gente de la calidad de Hartley es un placer. Pero yo conocía a Olcay Cakir, porque es de mi edad, me ha sorprendido porque tiene una mentalidad muy europea y abierta. Me gusta mucho su humor. Pero tampoco hemos podido compartir mucho tiempo”.
La exigencia siempre está en los títulos. “No vale otra cosa. El año pasado no ganamos un título pero sí logramos algo más importante: la comunión con la afición en las derrotas. Hay que prepararse todos los días al cien por cien, para poder rendir en el momento clave”.
Cada año, el nivel de la competición sube. “La gente tiene que ser consciente que cada vez hay clubes profesionales que apuestan cien por cien por el baloncesto femenino”.
La Supercopa, primer título en juego. “Para mí, es un título siempre un poco precipitado. No siempre gana el mejor equipo, sino el que llegue mejor y tenga más efectivo. Este año tenemos diez jugadoras profesionales. Iremos con todo a por la victoria”.
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