El Maíllo celebra la longevidad de seis de sus mujeres centenarias

El municipio de El Maíllo, en la provincia de Salamanca, ha celebrado este sábado un acontecimiento extraordinario: el homenaje a seis de sus vecinas que han cumplido 100 años en el último año. El Ayuntamiento y la parroquia de Santa María Magdalena han unido fuerzas para reconocer la trayectoria vital de estas mujeres, que se han convertido en un símbolo de la longevidad y la historia del pueblo.

El acto comenzó a las 12:00 horas con una Misa de Acción de Gracias en la iglesia parroquial, oficiada por el párroco Juan Carlos Sánchez Gómez. En su homilía, destacó el papel de estas mujeres en la vertebración de la vida del pueblo y les recordó los momentos más importantes que vivieron en el templo: su bautismo, primera comunión, confirmación y boda.

A cada una le entregó una copia enmarcada de su partida de bautismo y una medalla de la Virgen del Rosario y Santa María Magdalena. En un emotivo gesto, pidió a los jóvenes del pueblo que hicieran sonar las campanas al terminar la ceremonia.

Reconocimiento del pueblo y un convite festivo

Tras la misa, el alcalde Juan Manuel Villarón, en nombre de la corporación municipal y de todos los vecinos, dedicó unas palabras de gratitud y reconocimiento a las homenajeadas. Les entregó una placa conmemorativa en la que se felicitaba a cada una por sus 100 años. El acto culminó con un convite en la plaza de la Iglesia, donde un numeroso público se unió a la celebración.

El homenaje ha recaído en Jerónima Enedina García López, Ángela Caño Sánchez, Enriqueta Villarón Montero, Claudina González González, Joaquina García González y Teresa Villarón Villarón. Aunque una de ellas, Ángela Caño, reside en Pamplona desde hace 60 años, el pueblo ha querido incluirla en el homenaje por los 40 años que pasó en El Maíllo.

La longevidad de estas mujeres no es un caso aislado. En el municipio se comenta también la vitalidad de Honorio Rodríguez, un vecino de 102 años que vive fuera, y de Hermelindo, que a sus 99 años sigue cuidando su huerto y tocando las campanas de la iglesia. El misterio de la longevidad en El Maíllo, si no son "sus aguas, el aire de la sierra o sus genes", es la comidilla del pueblo.