Más de 100 personas participan en “Juzbado Acoge”, un ejemplo de solidaridad rural
El encuentro multicultural reunió a familias de más de diez países y volvió a demostrar el compromiso solidario del mundo rural

El pasado 19 de julio, el municipio salmantino de Juzbado acogió durante varias horas a un centenar de personas solicitantes de protección internacional, en una nueva edición del programa “Juzbado Acoge”, que celebra ya su sexta edición. La jornada fue organizada por la ONG Accem, la Asociación de Mayores de Juzbado y con la colaboración activa de los vecinos y vecinas del pueblo.
Las familias participantes procedían de diversos países como Senegal, Mali, Gambia, Angola, Mauritania, Venezuela, Colombia, Perú, Honduras, Rusia y Ucrania, en una enriquecedora convivencia multicultural que llenó de vida las calles del municipio.
La bienvenida oficial estuvo a cargo de Mariano Domínguez, concejal del Ayuntamiento, quien expresó que “el mundo rural está lleno de vida y oportunidades para todas las personas”, subrayando que “Juzbado es un pueblo de acogida”. Durante su intervención, recordó también que “todos tenemos derecho a decidir libremente cómo queremos vivir”.
Tras el recibimiento, el grupo recorrió los lugares más emblemáticos del pueblo, como los miradores de la Peña del Castillo, el Museo de la Falla, y el mural colaborativo realizado recientemente por personas refugiadas. La jornada continuó en el salón de actos municipal, donde se ofreció un vermut y una paella colectiva preparada por el chef Nano y coordinada por Faustino Iglesias, presidente de la Asociación de Mayores.
Durante la comida, también se compartieron platos tradicionales, dulces y salados, preparados por las propias familias visitantes, generando un intercambio gastronómico y cultural que fue muy valorado por todos los asistentes.
Mónica Puente, coordinadora de Accem Salamanca, agradeció a Juzbado y sus vecinos su implicación en este proyecto que, según destacó, “ha ganado solidez y sentido tras más de seis años de trayectoria”.
Por la tarde, se celebró el ya habitual micro abierto, donde vecinos y visitantes compartieron canciones, poemas, palabras de agradecimiento y bailes. Entre quienes intervinieron estuvieron Nazario, Meli, Joaquín, Adeli e Isabel, vecinos del pueblo que quisieron sumarse con sus voces y su música al espíritu de la jornada.
La convivencia concluyó con un chapuzón en las piscinas municipales de cloración salina, un broche distendido para una jornada cargada de emoción, solidaridad y aprendizaje mutuo.


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