Acabar con la grasa de las comidas nunca fue tan fácil: te desvelamos unos sencillos trucos

Hielos, cucharas congeladas o papel absorbente te salvarán a la hora de retirar la grasa de tus platos

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Potaje | Fotografía EP
Potaje | Fotografía EP

Los trucos y los remedios caseros están documentados desde la antigüedad y ¿cuántas veces nos han salvado de un problema mayor? La respuesta que seguramente están pensando es “muchas”. En primer lugar, porque remedios hay de todos los colores y de todos los gustos, sobre todo aquellos que implican la palabra ‘adelgazar’ que está muy de moda.

En este sentido, las grasas que desprenden ciertos alimentos hacen que las comidas queden más grasientas de lo normal, algo que al final hace que no estén tan ricas y que supone algún que otro remordimiento para los más ‘fitness’.

Uno de los métodos más eficaces para acabar con la grasa de los platos es el frío. Concretamente es el hielo. El truco es sencillo, hay que coger un cubito de hielo, colocarlo sobre la superficie del plato y dejarlo reposar durante unos minutos hasta que la grasa se solidifique y se quede pegada al hielo. Así la podemos retirar fácilmente.

Si no queremos emplear esta táctica podemos poner en marcha otras. Por ejemplo, podemos repetir el mismo procedimiento del hielo, pero con una cuchara de acero inoxidable congelada. Otro método es introducir la comida en la nevera unas ocho horas antes de consumir. Importante: en caso de poner este método en práctica hay que tener en cuenta que esa comida se debe preparar al día siguiente.

En el caso de los fritos o rebozados basta con papel absorbente para acabar con la grasa.

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