Adiós al avión que formó a los primeros pilotos civiles de España tras 50 años surcando los cielos de Salamanca
SENASA cede a la Fundación Infante de Orleáns la aeronave que se exhibirá en Madrid en su colección de clásicos
Tiene los colores originales de la extinta Escuela Nacional de Aeronáutica, ENA, y todavía funciona. Con la Bonanza F33A, matrícula EC-CLM, se formaron los primeros pilotos civiles de este país, 38 promociones utilizaron este avión y aprendieron sobrevolando los cielos salmantinos hasta el año 2001. Ahora, su futuro está en la Fundación Infante de Orleans y pasar a formar parte de su colección de aviones clásicos ya que SENASA ha cedido esta joya que pasará a la historia de la aviación española en un emotivo acto en el que han participado dos de los pilotos de esa primera promoción que estrenaron la nave.
El lugar elegido para el acto de entrega de las llaves ha sido el hangar de SENASA en la Base Aérea de Matacán. Un acto en el que se ha formalizado la entrega de la nave a la Fundación y que ha contado con la presencia de autoridades como el rector de la USAL, la subdelegada del Gobierno en Salamanca, la alcaldesa de Villagonzalo, militares y personal técnico.
Francisco Vergara, director de Navegación Aérea y Operaciones de SENASA, ha sido el maestro de ceremonias asegurando que este acto es “un homenaje a la historia de la aviación civil” y destacando la importancia de esta primera escuela de pilotos que fue la ENA, así como del personal de SENASA que ha mantenido en perfecto estado esta pieza durante 50 años. Por su parte, Carlos Valle, presidente de la Fundación Infante de Orleans, ha agradecido la cesión que supone “salvar una de las Bonanzas de aquella maravillosa escuela que fue la ENA” que desapareció y que “es la verdadera protagonista de este acto ya que marcó un hito fundamental en la historia de la aviación española porque fue durante años la mejor escuela de aviación del mundo, con 50 aviones, lo que era un verdadero lujo”.
En el acto han participado además dos pilotos de esa primera promoción. Miguel Salas que ha asegurado que esta cesión es “emoción y muchos recuerdos. Han pasado 50 años y es mucha emoción recibir de manos de SENASA este regalo que esperamos ver volar pronto”. Por su parte, Javier Zapata estaba doblemente emocionado ya que nació en Matacán y allí vivió durante cinco años, oyendo cada mañana el ruido de los aviones militares despegando y después se formó como piloto en la misma base por lo que se “juntan los recuerdos de mi infancia con los de mi formación”.
Terminó el acto el presidente de SENASA, Andrés Arranz, que ha destacado el vínculo con Salamanca de una entidad que “que nació en Salamanca y que hemos creado sobre la base de la ENA” añadiendo que hay un “importante vínculo con el territorio”. También destacó el rigor, el compromiso y la pasión por la aviación de la plantilla técnica que además forman a nuevos especialistas.
La Bonanza F33A
El avión cedido a la Fundación fue concebido como una aeronave de turismo a la que se añadieron funcionalidades para que pudiera dedicarse a la formación. Fue fabricada en 1974 y se mantuvo en funcionamiento hasta el año 2001. Fue fabricada en Estados Unidos y su primer vuelo fue el trayecto desde la fábrica de Wichita a España: 24 horas de vuelo con 8.200 kilómetros recorridos.
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