"La Administración nos trata a los conductores como borrachos y delincuentes, cuando los delincuentes son ellos"

Juan Carlos Toribio, técnico especialista en seguridad vial, analiza el estado en el que se encuentran las carreteras de la provincia y las nuevas medidas como la reducción de la velocidad

Juan Carlos Toribio señala deficiencias en las carreteras de Salamanca
Juan Carlos Toribio señala deficiencias en las carreteras de Salamanca

Los españoles pasamos más de 13 días completos al año conduciendo. Una cifra que puede parecer excesiva, pero que surge de un estudio llevado a cabo por la aplicación DriveSmart, dedicada a analizar la conducción de sus usuarios. De acuerdo con sus conclusiones, los españoles pasamos una media de 51 minutos al día frente al volante.

Atendiendo a esta situación, parece crucial que el entorno al que dedicamos tanto tiempo, la carretera, se encuentre en las mejores condiciones posibles para asegurar la seguridad de los conductores, en primera instancia, y para agilizar este trámite ineludible para todo aquel que requiera del coche en su día a día.

Sin embargo, la realidad de las carreteras españolas en general, y de las de Salamanca en particular, es muy diferente. Juan Carlos Toribio, coordinador nacional de la IMU (Unión Internacional para la Defensa de los Motoristas), actúa ya desde hace muchos años como adalid de la seguridad vial y azote de la administración en lo que a mantenimiento de las vías se refiere.

Desde su canal de Youtube, ‘Desterrado’, este perito judicial en investigación de accidentes recorre la piel del toro dando a conocer con su conocimiento enciclopédico -las citas al Reglamento General de Circulación, las leyes relacionadas con la seguridad vial y la constitución son recurrentes- los constantes incumplimientos por parte de la Administración en lo que a mantenimiento, señalización y cumplimiento de la normativa nacional. Su juicio sobre el estado de las carreteras de Salamanca es claro: “Muchas parecen un camino de cabras”

¿Tan mal se encuentran las carreteras de Salamanca?

La conservación del firme es desastrosa. Cada día se incumple nuestro derecho a la seguridad está amparado por el artículo 17 de la Constitución, por lo que nos encontramos en un incumplimiento constante del artículo 9, el cual sostiene que los poderes públicos están sujetos al ordenamiento jurídico. Es decir, las administraciones provinciales, cuando no la nacionales, se encuentran cometiendo un delito al mantener nuestras carreteras en un estado deplorable.

Varios motoristas intentar arreglar un guardarraíl en mal estado
Varios motoristas intentar arreglar un guardarraíl en mal estado

¿Qué vías salmantinas son las que presentan un peor mantenimiento?

La DSA-121 (Garcigrande-Villagonzalo de Tormes) es un ejemplo perfecto: es muy estrecha, menos de 7 metros de tamaño, ausencia de señalización y marcas viales, agujeros en el firme y señales verticales muy deterioradas. La DSA 504 (Florida de Liébana) ha sido renovada en parte, pero presenta guardarraíles ilegales, curvas en la que tenemos presencia de áridos (tierra en la carretera) dese el pasado mes de febrero. Lo de la DSA 110 (Amatos de Alba) es escandaloso, con presencia de guardarraíles ilegales en todo el tramo. En la DSA 206 (Pedrosillo de los Aires encontramos señales de 1979, un año después de firmarse la Constitución. El puente de Almenara de Tormes presenta elementos de contención ilegales y unas condiciones inviables para el tráfico rodado.

Por regla general en las carreteras de Salamanca encontramos una anchura funcional insuficiente -debe ser mínimo de 7 metros, 3,5 por carril, más arcenes- señalización muy antigua, ausencia de señalización de todo tipo y sistemas de contención ilegales o mal mantenidos (los conocidos como guardarraíles).

Usted ha criticado la sobrefinanciación que reciben las vías ferroviarias en este país en comparación con lo que se invierte en mantenimiento de carreteras

Salamanca tiene carreteras que parecen verdaderos caminos de cabras. Recuperar esas vías no requiere un reafirmado superficial, sino una rehabilitación absoluta. Quizás no debemos seguir priorizando la inversión del tren, la llegada del ave, y sí darle soluciones a los ciudadanos que circulan a diario por las carreteras. Y es que además no es una cuestión de elegir en qué se invierte el dinero y en qué no, sino que la Administración -de acuerdo con la Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulación- tiene la obligación como titular de la vía de mantener las carreteras en el mejor estado posible, no es opcional. De no hacerlo estarían incurriendo en un delito y en el incumplimiento del artículo 9 de la Constitución.

Uno de los guardarraíles en mal estado en una carretera de Salamanca
Uno de los guardarraíles en mal estado en una carretera de Salamanca

¿No es una contradicción fomentar la llegada del Internet de alta velocidad a los pueblos para luchar contra la despoblación mientras se les priva de vías de acceso adecuadas?

Nadie quiere vivir ni se va a ir a vivir a un pueblo del entorno de Salamanca si luego para ir a trabajar a la capital o a los polígonos le supone una serie de riesgos circular por los entornos viarios deficitarios, ilegales y altamente peligrosos. Estamos privando de derechos a los ciudadanos del medio rural, ahondando en el problema demográfico.

Desde una perspectiva técnica, ¿tiene sentido la rebaja de la velocidad en zonas interurbanas a los 30 km/h?

Es un error de libro, ya era una competencia de la que disponían los ayuntamientos y en la mayoría de los tramos carece de credibilidad. La credibilidad de la velocidad es uno de los conceptos fundamentales regulado en la norma 8.1 de la Instrucción de Carreteras. Lo que nos viene a decir es que si la velocidad no es creíble es muy complicado obedecerla. Por ejemplo, si cruzamos Salamanca pasando a la altura del Centro Superior de Educación Vial de la DGT nos encontramos en un vial que no tiene razón alguna ir a 30km/h; se trata de una antigua travesía sin viviendas y con aceras enormes.

El Ayuntamiento sostiene que los accidentes se han reducido desde la introducción de la norma

Y si prohibimos circular no habrá ninguno. Por supuesto que si reducimos la velocidad siempre vamos a rebajar los accidentes o las consecuencias de estos. Pero en seguridad vial debe compatibilizarse la funcionalidad del movimiento con la seguridad. Imaginemos un ave que circula a 50 km/h, ¿por qué puede ir a 300 y no a 50? Porque hemos conseguido un entorno seguro, al igual que con los aviones. En las carreteras a base de no cumplir la ley por parte de las administraciones tenemos entornos inseguros. Salamanca, es un buen ejemplo de esto.

No necesitamos que la movilidad sea lenta para ser segura, eso sería un error; si lo trasladamos a los barcos, aviones y trenes consideraríamos que estamos fracasando, ¿por qué en las carreteras no consideramos un fracaso del progreso bajar la velocidad cuando no es necesario?

Una de las señales en mal estado en una vía de la provincia de Salamanca
Una de las señales en mal estado en una vía de la provincia de Salamanca

Los guardarraíles siguen siendo el principal caballo de batalla de los motoristas

El motorista como usuario de las vías es vulnerable y se encuentra en desigualdad frente a los conductores puesto que cualquier salida de vía supone una mayor gravedad en las lesiones sufridas cuando no la muerte. Este mes ya llevamos una quincena de motoristas fallecidos en toda España. Tan solo el soporte de los guardarraíles puede acabar con la vida de un motorista a 25 kilómetros por hora. ¿Cuánto vale proteger la vida de un motorista? 15 euros el metro lineal ejecutado para colocar protectores en los elementos de contención.

Una de sus principales labores en su canal de Youtube, además de la denuncia, es la concienciación del conductor, ¿cómo de formado está el usuario medio?

Al ciudadano no se le quiere informar. Estamos en un modelo de mierda bajo a alfombra, de democracia en pañales que se niega a informar a los conductores de sus derechos como usuario de las vías. En cambio, el sistema está montado para decir que el ciudadano es un borracho, un delincuente porque va muy rápido y que tiene accidentes porque se despista.

La realidad es que el conductor se encuentra ante un entorno hostil y hasta que no le enseñemos que el verdadero delincuente es el titular de la vía, es decir la administración, y las fiscalías empiecen a perseguir este tipo de conductas no conseguiremos avanzar en seguridad vial.

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