La AECC y la Guardia Civil rompen el silencio del cáncer en zonas rurales de Salamanca

La psicóloga de la AECC, Sara Batanero, y el Capitán Enrique Miguel de la Guardia Civil de Salamanca explican cómo su trabajo conjunto acerca apoyo emocional, orientación y acompañamiento a los pacientes con cáncer, para que no tengan que enfrentar la enfermedad en soledad

La AECC y Guardia Civil rompen el silencio del cáncer en zonas rurales de Salamanca
La AECC y Guardia Civil rompen el silencio del cáncer en zonas rurales de Salamanca

En los pueblos de Salamanca, donde las noticias corren rápido, pero los problemas a veces se callan, el cáncer sigue siendo una palabra que se pronuncia en voz baja. No es solo una enfermedad, es un cambio brusco que altera la vida diaria y obliga a reorganizar rutinas, citas médicas y apoyos en un entorno donde a veces cuesta hablar de lo que se siente.

Frente a esta situación, tan habitual en muchos pueblos de Salamanca, la Asociación Española Contra el Cáncer y la Guardia Civil han comenzado a trabajar juntas. Ambas coinciden en que todavía hay personas que sufren la enfermedad a solas, bien porque no se atreven a hablar, porque desconocen los recursos disponibles o porque creen que pedir ayuda puede ser un problema para quienes les rodean.

Por eso, y por primera vez de forma coordinada, ambas entidades han iniciado un trabajo conjunto para romper ese silencio y acercar acompañamiento donde más falta hace. La psicóloga Sara Batanero, responsable de las sesiones formativas, lo resume en una idea sencilla pero contundente: “El diagnóstico es una ruptura con la vida de cualquier persona, y en los pueblos esa ruptura muchas veces se vive en soledad”. Sus talleres buscan precisamente lo contrario, abrir espacio a la palabra, a la empatía y a la comprensión.

La Guardia Civil, que conoce cada rincón de la provincia y mantiene contacto diario con cientos de vecinos, se convierte ahora en un puente esencial, el enlace entre la AECC y quienes, por motivos económicos, geográficos o emocionales, no siempre pueden llegar a tiempo a pedir ayuda. La formación que ha recibido la Guardia Civil el pasado 14 de noviembre y el 1 de diciembre es el primer paso para transformar esa presencia cotidiana en una herramienta de apoyo real.

Así empieza una iniciativa que pretende garantizar apoyo a cualquier persona con cáncer, también en las zonas más pequeñas de la provincia.

Sara Batanero, psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer en Salamanca, ha sido la encargada de impartir la formación a la Guardia Civil y a sus familias, y su punto de partida siempre es el mismo y es ponerse en el lugar de quien recibe un diagnóstico que cambia la vida de un día para otro.

Según explica Batanero, el primer impacto emocional es uno de los momentos más duros del proceso. “Ese primer shock puede ir acompañado de miedo, tristeza, rabia o culpa, emociones que varían en intensidad según cada caso, pero que siempre marcan un antes y un después”. En los talleres, Sara intenta que los asistentes entiendan esta ruptura y reflexionen sobre cómo puede sentirse alguien que atraviesa una situación así.

Tras ese primer golpe llega un periodo de ajuste, en el que cada paciente trata de asumir la enfermedad y reorganizar su vida. Sara manifiesta que en esta etapa pueden aparecer reacciones muy diferentes, y que una parte importante del trabajo consiste en aprender a identificarlas y a manejarlas. “Hay personas que muestran mucha tristeza, otras que sienten rabia… y muchas veces quienes expresan más ira son precisamente quienes más ayuda necesitan”, señala. Por eso insiste en la importancia de una escucha activa y de no interpretar esas emociones como un rechazo, sino como una forma de protección.

La etapa compleja cuando los pacientes finalizan los tratamientos

Tal y como expresa la psicóloga de la AECC, uno de los momentos más complejos llega cuando finalizan los tratamientos. Aunque desde fuera pueda parecer una etapa de alivio, para muchos pacientes supone lo contrario.

“Las familias lo viven como un momento positivo, pero para la persona que ha pasado por la enfermedad puede ser una fase de mucha indefensión. Con el ritmo médico más bajo y más tiempo para pensar, aparece el miedo a la recaída y la sensación de no estar todavía preparada para retomar la normalidad. Esta diferencia entre lo que siente el paciente y lo que espera su entorno genera, en ocasiones, incomprensión y un nuevo desgaste emocional" explica Batanero.

Situación en zonas rurales

En las zonas rurales, estos desafíos se amplifican por factores sociales y geográficos. Sara señala que aún existe cierto tabú en torno al cáncer y que, en muchos pueblos, la enfermedad se sigue viviendo en silencio. “A veces cuesta hablar de ello, incluso cuesta que te vean entrando a atención psicológica”, comenta. También, tal y como específica Sara Batanero influye la distancia, la lejanía de los hospitales genera miedo, especialmente cuando hay que viajar para recibir tratamiento o en momentos en los que la persona se siente físicamente vulnerable.

A pesar de ello, la psicóloga de la AECC reconoce que la vida en los pueblos tiene también su lado positivo, en algunos casos la cercanía entre vecinos ofrece una red de apoyo más directa.

La comunicación como herramienta de apoyo

La comunicación ha sido uno de los pilares de la formación que impartió la AECC el pasado lunes 1 de diciembre a la Guardia Civil titulada "Qué hacer cuando hay un diágnostico de cáncer en tu entorno". En la sesión, se abordaron los errores más habituales al hablar con un paciente oncológico y se ofrecieron pautas sencillas para acompañar sin juzgar ni minimizar lo que siente la persona. “Lo primero es normalizar la palabra cáncer. Cuanto más hablemos de ello, menos silencio habrá”, asegura Sara.

Además, Batanero insiste en que la clave está en comprender el proceso emocional completo desde el diagnóstico, pasando por el tratamiento y el retorno a la vida cotidiana, hasta las posibles recaídas. “Trabajar la empatía es esencial para entender qué está viviendo esa persona y cómo podemos apoyarla”, subraya la psicóloga.

Para la psicóloga de la AECC, este proyecto conjunto con la Guardia Civil representa una oportunidad para que más vecinos del medio rural accedan a los servicios de la Asociación y pierdan el miedo a pedir ayuda. El objetivo a medio plazo es claro, y es que el cáncer deje de ser un tema escondido y que las personas que lo viven sientan que no están solas.

Cuando la Guardia Civil se convierte en una base de apoyo para pacientes con cáncer

El proyecto de colaboración entre la Guardia Civil y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) surge de una necesidad detectada por ambas instituciones. Según explica el Capitán Enrique Miguel, “la Guardia Civil, por nuestra presencia constante en los pueblos, veíamos de primera mano estas realidades, y la AECC contaba con los recursos y la experiencia para dar respuesta. A partir de ahí, comenzamos a trabajar juntos en un modelo que acerque la ayuda a quien más la necesita”.

El plan se formalizó el pasado 6 de marzo, cuando la Dirección General de la Guardia Civil y la AECC firmaron un acuerdo de colaboración que pretende promover y realizar actividades conjuntas de información, sensibilización, investigación y prevención dirigidas a la ciudadanía.

Protocolo específico para una actuación coordinada

Para garantizar una actuación coordinada, se ha elaborado un protocolo específico. “En él se recogen pautas sobre cómo identificar posibles casos de vulnerabilidad, informar a las familias sobre los recursos disponibles y realizar derivaciones a la AECC respetando siempre la confidencialidad. También incluye recomendaciones sobre comunicación para abordar situaciones emocionalmente delicadas”, aclara el Capitán Miguel.

Objetivo principal del acuerdo

El principal objetivo del acuerdo es reforzar el apoyo a los pacientes con cáncer, tanto en ciudades como en el medio rural. “Queremos que nadie se quede atrás por falta de información o acompañamiento, y que la Guardia Civil pueda actuar como un puente eficaz para acercar los servicios de la AECC, sobre todo en lugares donde el acceso es más difícil”, afirma Enrique Miguel.

Formación integral para los Guardias Civiles

El Capitán de la Guardia Civil manifiesta que la formación que imparte la AECC a los jefes de puesto y al personal de la Guardia Civil es muy completa. Incluye nociones generales sobre el cáncer, los servicios de la asociación y la detección de situaciones de vulnerabilidad. Una parte importante se centra en los aspectos emocionales y psicológicos, con herramientas de comunicación empática para que los agentes puedan ofrecer apoyo inicial sin invadir la intimidad del paciente.

La realidad de los pacientes en la Salamanca rural

Sobre la situación real de los pacientes en Salamanca rural, el Capitán señala que “se enfrentan a dificultades añadidas: distancias largas para recibir tratamiento, soledad, limitaciones económicas y menos recursos de apoyo. Muchos viven el proceso en silencio. Esta colaboración pretende precisamente romper ese aislamiento y facilitar que los pacientes reciban ayuda sin necesidad de desplazamientos constantes”.

El contacto diario de la Guardia Civil, clave para detectar necesidades

La coordinación entre agentes y jefes de puesto se realiza mediante reuniones internas, comunicación directa y difusión de materiales informativos. “Los agentes que trabajan sobre el terreno son clave, porque mantienen contacto diario con los vecinos y pueden transmitir la existencia del programa de manera cercana y natural”, esclarece el Capitán de la Comandancia de Salamanca.

Respecto a la difusión del proyecto entre la población rural, Enrique Miguel asegura que “estamos trabajando con canales de comunicación comunitarios. Además, los propios agentes informarán directamente a los vecinos durante su actividad cotidiana. La idea es que la población vea este programa como algo cercano y accesible, y que entender que pedir ayuda es un derecho, no un motivo de vergüenza”.

Jornada del 1 de diciembre

En cuanto a la jornada del 1 de diciembre con Guardias Civiles y familiares, el Capitán destaca que aparte de resolverse dudas y reforzar la implicación de todos es “un momento para visibilizar la importancia del apoyo a las familias y consolidar el compromiso social de la Guardia Civil y la AECC”.

Confidencialidad y discreción

La confidencialidad es una prioridad absoluta. “Los agentes actúan siguiendo protocolos muy estrictos que limitan la información que se transmite y aseguran que solo se comparten los datos indispensables, siempre con el consentimiento de la persona afectada. Se trabaja con total discreción para evitar cualquier exposición pública, algo fundamental en entornos pequeños”, asegura Enrique Miguel.

Respuesta positiva de los agentes

Finalmente, el Capitán destaca la respuesta positiva de los agentes: “Muchos han expresado que esta formación les permite realizar su labor social de manera más completa y humana. Además, sienten que ahora cuentan con herramientas para acompañar mejor a las personas que están viviendo un proceso tan difícil como el cáncer”.

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