Los agentes forestales de Salamanca se han concentrado hoy en la delegación territorial de la Junta de Castilla y León en la ciudad charra para protestar por el servicio que ofrece la propia Junta, muy precarizado, según explican.
Francisco José Comuñas, agente forestal y delegado sindical, explicó que la Junta “trata los incendios forestales no como una emergencia y juega a la ruleta rusa, jugando sus cartas a que no haya ninguno”. Además, recordó que en los incendios no sólo están en peligro los valores medioambientales, sino la propia vida “de la gente que trabajamos en la extinción y de los ciudadanos”.
Así, sus reclamaciones versan sobre una profesionalización del servicio, así como un mayor aumento de la temporalidad de la contratación a seis meses para cubrir toda la época de riesgo medio “y no sólo la época de peligro alto” para, posteriormente, pasar a contratación anual y permanente, ya que su trabajo no sólo consiste en la extinción, sino también en la prevención, según reclamó Paco Comuñas.
El delegado sindical también recordó que los agentes no tienen medios, ni físicos ni de operativos, especialmente cuando ya no es época de riesgo alto, ya que el operativo se reduce al 20% del total “escasamente”. Por ello, los agentes forestales reclaman un operativo continuo y permanente para todo el año que se ajusten a las circunstancias que haya de temperatura y peligrosidad, para poder evitar desgracias “como las que han pasado en Galicia o Portugal”.
El agente forestal alabó a sus compañeros por el gran trabajo que siempre realizan "pese a la poca preparación y formación que recibimos", y aseguró que "no puedes mandar a apagar incendios forestales a gente que es su primer año", ya que pueden verse sobrepasados. Pero, si esto ocurre, es porque a no estar profesionalizado el servicio y ser temporal, "muchos lo dejan en cuanto encuentran otro trabajo".
José Luis Hernández, secretario general de UGT Salamanca, recordó que las condiciones que sufren los agentes forestales en Castilla y León y en Salamanca son paupérrimas, ya que “la Junta realiza contrataciones interinas por tres meses y los brigadistas poco más”, lo que resulta en falta de profesionalidad del servicio y, si los veranos son secos, la falta de medios dificulta la extinción de incendios.