Alertan que casi la mitad de los escolares presenta pie plano o aplanamiento severo del arco plantar
Una radiografía preocupante: la detección precoz, clave para corregir o mejorar notablemente la alteración, según los podólogos
La salud podal infantil en España requiere una atención urgente. Un extenso estudio transversal publicado en la Revista Española de Podología revela que el 45,1 % de los niños y el 40,3 % de las niñas entre 6 y 12 años padecen pie plano o un aplanamiento severo del arco plantar. La investigación, que analizó a 654 escolares, aporta una de las fotografías más completas sobre la alta prevalencia de esta patología en la infancia.
El pie plano, caracterizado por la reducción del arco longitudinal interno y cierta desalineación, puede llegar a afectar la postura, la forma de caminar y la función global del miembro inferior. El estudio constata diferencias significativas por sexo y edad, siendo los niños de 6 a 8 años el grupo más afectado, con una prevalencia que alcanza el 52,8 %. En los chicos, factores como la edad temprana y la hiperlaxitud ligamentosa (ligamentos más flexibles) se identifican como riesgos relevantes.
Ante esta situación, el Colegio Oficial de Podólogos de Castilla y León lanza un mensaje de alerta y prevención. Cristina Ortega, secretaria de la entidad, subraya que "muchas de estas alteraciones, si se detectan a tiempo, pueden corregirse o mejorar notablemente". Por ello, insiste en la importancia de que los niños acudan al podólogo aunque no manifiesten dolor, especialmente si las familias observan señales de alerta.
Entre los signos a vigilar se incluyen dolor en pies o piernas, tropiezos frecuentes, un desgaste interno inusual del calzado y arcos plantares muy bajos que no se corrigen con el crecimiento. Aunque no todos los casos de pie plano requieren tratamiento, aquellos severos o sintomáticos pueden provocar molestias en pies, rodillas, piernas o espalda, llegando incluso a limitar la actividad física. Los podólogos hacen hincapié en la necesidad de que estos datos lleguen a familias, educadores y profesionales sanitarios para reforzar la prevención y la detección temprana como pilares de la salud podal infantil.
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