Los primeros días de este estadode alarma, muchos vecinos de Salamanca se sorprendían al ver quemuchos trabajadores de la construcción se encontraban ocupados, yafuera en diferentes obraspúblicas o en reformas en domicilios privados, entre otrosmuchos escenarios. Algo llamativo pero no prohibido, ya que el RealDecreto publicado por el Gobierno en el que se establecía el estadode alarma no lo impedía.
Así, con las diferentes obrasautorizadas -tampoco la Junta ni el Ayuntamiento han puestoobjeciones a la continuación de las ya iniciadas-, a lo largo deesta semana ha sido frecuente ver a cuadrillas de albañiles por lacalle, a lo que hay que sumar los diferentes apaños que muchosvecinos de Salamanca han comenzado estos días gracias a la cantidadde tiempo libre que ahora poseen.
Pero todas estas obras estánprovocando un aumento en las quejas de los vecinos por ruidos. Dehecho, la Policía Local no ha dejado de recibir llamadas desalmantinos alertando de que las obras en domicilios contiguosestaban ocasionándoles molestias al superar, según creían, elnúmero de decibelios permitido.
Muchas de estas llamadas depersonas mayores o familias con niños pequeños que estos días seven obligados a quedarse en sus casas pero que están calificando de“imposible” esta cuarentena a causa de estos ruidos con los quetienen que convivir día a día, como puede ser un martilloneumático.
Unos ruidos que no se puede sabersi superan los decibelios permitidos o no, puesto que los agentes dela Policía Local, a causa del estado de alarma, no pueden acudir arealizar las mediciones pertinentes para no estar en contacto conotras personas.
Lo más sencillo, según creen,sería paralizar las obras en lo que dura el estado de alarma, ya queasí se evitaría causar molestas a todos aquellos que durante estosdías no pueden moverse. De hecho, es la única solución aparente,ya que es competencia municipal autorizar o no las obras duranteestos días.