La revolución tecnológica de la medicina avanza sin freno y sin límites para salvar vidas

El robot Da Vinci ha realizado más de 600 operaciones en Salamanca, hay quirófanos inteligentes o híbridos, se imprimen prótesis en 3D, el cirujano puede ver tu interior en un mapa tridimensional sin tocarte ni abrirte, un navegador electromagnético recorre tu cuerpo para encontrar ese tumor minúsculo e invisible para el ojo humano... no es ciencia ficción, es una realidad

El robot Da Vinci del Hospital de Salamanca
El robot Da Vinci del Hospital de Salamanca

¿Alguien podía pensar hacer unos años que un robot iba a operar, que se iban a imprimir prótesis en 3D, o a disponer de un mapa tridimensional del interior de tu cuerpo sin abrirte, o que un navegador iba a encontrar tumores 'invisibles' para el ojo humano, o que los quirófanos iban a ser inteligentes? No, no es ciencia ficción, es una realidad. 

La tecnología avanza cada vez más deprisa en todos los aspectos de la vida y el campo de la medicina no es ajeno; la innovación en la sanidad es una realidad, no desde hace muchos años, pero es una revolución tecnológica que avanza de forma rápida, constante y parece que no tiene techo. Una tecnología que aporta más precisión y seguridad, en definitiva, que ayuda a salvar vidas.

Una evolución de la cirugía "apasionante" e "inimaginable" hace unos años, afirma Marcelino Jiménez, jefe servicio de Cirugía Torácica y coordinador de la Unidad de Robótica en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

“El campo de desarrollo es emocionante, porque hay tal cantidad de cosas que podemos aplicar a la medicina que, evidentemente, no se parece en nada un quirófano de ahora con los de hace diez años”, señala Jiménez.

Marcelo Jiménez, coordinador de la Unidad de Robótica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca
Marcelo Jiménez, coordinador de la Unidad de Robótica y jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca

Da Vinci, un robot de última generación

Dentro de todas estas innovaciones, un robot de última generación, el Da Vinci, es quizás la estrella; de momento, porque la tecnología avanza a pasos agigantados.

El Complejo hospitalario salmantino cuenta con un Da Vinci desde hace tres años y ya han sido más las 600 intervenciones quirúrgicas en las que ha participado, pero “si tuviéramos otro más, podríamos hacer el doble de cirugías y, lo más importante, el doble de pacientes se podría beneficiar”, lamenta Jiménez, que espera que contar con más robot sea una realidad no tardando mucho.

Con la llegada del Da Vinci al CAUSA, empezó a funcionar la Unidad de Robótica, que coordina el propio Marcelo Jiménez. El programa “está  muy consolidado y estamos esperando su crecimiento a corto plazo”, aunque no saben cuál será la dotación, ya que “hemos aumentado mucho la actividad y ahora hace falta traer más plataformas”. 

Y ya no solo es Da Vinci, “sino que hay robot de otras empresas que están prácticamente en el mercado; eso va a traer competencia y va a hacer que el precio de los robots y del material que utilizamos sea más económico, por lo que será fácil implementar”, asegura.

Los resultados de programa son “magníficos” en las distintas especialidades en las que se está utilizando, por ahora, en Salamanca: Ginecología, Cirugía general, Urología y Cirugía Torácica. El salmantino es el hospital de Castilla y León donde más especialidades diferentes utilizan el robot.

Operar con el Da Vinci tiene muchas ventajas. Por un lado, “los pacientes se operan con más precisión y la recuperación es más rápida que con otras técnicas”. Además, añade Jiménez, la experiencia de los distintos equipos ha ido creciendo y “ahora ya se hacen operaciones muy complicadas que prácticamente no se pueden hacer de otra manera que no sea con sea con el robot”.

¿Cómo funciona el Da vinci?

Marcelo Jiménez quiere dejar claro que “el robot no opera”, ya que lo maneja el cirujano; “no es automático y autónomo”, sino que “es un instrumento que utiliza el cirujano que aporta mayor precisión”. El cirujano en una consola manipula los mandos del robot y obtiene una visión tridimensional del interior del paciente.

Entre sus grandes ventajas, “la visión es magnífica”, ya que “la imagen del interior del paciente es en 3D y aumentada; vemos las estructuras entre cinco y diez veces más grandes de lo que son en realidad, lo que da una visión perfecta y tridimensional”.

Los instrumentos acoplados al robot “son muy pequeños, con varias articulaciones, que permiten hacer movimientos muy precisos en sitios muy estrechos”. Así, “si yo muevo 5 centímetros, dentro solo se mueve uno, o si muevo un centímetro, dentro se mueven dos milímetros. Trabaja con mucha precisión y eso hace que las cirugías sean mucho mejores o mucho más eficaces”.

El cirujano además trabaja en una posición muy cómoda: está sentado. “Puedes estar bastantes horas operando de una manera cómoda, no notas el cansancio durante la operación, que eso influye”.

Pero es que además “corrige cosas”. De esta manera, “si por lo que sea, el cirujano tuviera algo temblor, el robot detecta ese temblor y no lo transmite”, por lo que, “aunque yo tuviera un pequeño temblor, podría operar con precisión”.

El Da Vinci “va en la línea del futuro, en cuanto que permite la integración”. Es un ordenador que “permite que podamos integrar imagen, podemos ver en la misma pantalla imágenes radiológicas del paciente, incluso el futuro nos va a permitir superponer, fusionar las imágenes radiológicas del paciente con la imagen real que estamos viendo”.

La clave de esta cirugía robótica es “sobre todo, la precisión y la seguridad para el paciente”, explica.

Sin embargo, no todos los pacientes pueden ser operados con el Da Vinci. Es adecuado para todas las cirugías mínimamente invasivas, pero al contar solamente con un robot, intentan seleccionar. “Ahora estamos reservándolo para los casos más complejos en los que se necesita una mayor precisión, pero cualquier paciente que necesite una cirugía con poca invasión, el robot va a ser adecuado”, asegura Jiménez. Por eso, “como no podemos operar a todos los pacientes con el robot, intentamos reservarlo para aquellas cirugías con más precisión o para pacientes más frágiles: muy obesos o mayores”, ya que el robot “les aporta un extra de beneficios que creemos que a esos pacientes les puede ir mejor”.

"Se lo ofreceríamos a la mayoría de nuestros pacientes, pero ya que hay que seleccionar, intentamos ofrecérselo a aquellos que más se van a beneficiar”, afirma.

Prótesis impresas en 3D y mapas tridimensionales del paciente

Algo también muy novedoso y en lo que el equipo de Marcelo Jiménez fue pionero a nivel mundial son las prótesis impresas en 3D para sustituir partes del cuerpo; son de materiales diversos y a medida del paciente, que no tiene que esperar una donación.

“Seguimos trabajando en ello”, pero las reconstrucciones de la pared torácica son de una media de 3 o 4 al año, aunque a veces lleguen a ocho y en otras ocasiones, a ninguna. “La usamos muchos para tumores muy grandes y, afortunadamente, ya cada vez hay tumores más pequeños”, por el avance del diagnóstico precoz” que hace que “ahora cada vez sea menos frecuente ver esos tumores tan grandes que obliguen a quitar muchas costillas o esternón”.

Sin embargo, insta a la realización de cribados para detectar cáncer de pulmón, como se realizan por ejemplo en la mama y el colón, ya que se detectarían los tumores “en una fase muy inicial y se curarían por la cirugía o tratamientos muy limitados sin necesidad de quimioterapia; en fases muy avanzadas, ya hay menos opciones de tratamiento” y de curación.

Pero además de realizar diseños en 3D, también la medina comienza a utilizar el 3D para la planificación de las operaciones. Así, su servicio explica, hace reconstrucciones tridimensionales del mapa del paciente, de sus vasos sanguíneos sobre todo, porque “hay mucha variabilidad de las arterias y los bronquios de un paciente con respecto a otro”.

Con ese mapa tridimensional del paciente, durante la operación “sabemos exactamente cuántas arterias o bronquios tiene; es fundamental, porque ahorra tiempo, pero sobre todo es mucho más seguro para el paciente”. 

Es, dice, “como conducir por una carretera desconocida con GPS o sin GPS; si uno ya tiene el mapa en 3D de la anatomía del paciente, es mucho más fácil reconocer las estructuras, no hay que explorar ni manipular en exceso, porque uno va directo a donde están esas estructuras”.

Todo esto les facilita mucho el trabajo, ya que lo realizan a través de una plataforma automática y no manual (en media hora lo tienen), y la preparación de las operaciones. "Seguramente, como con otras cosas, en pocos años, esto será el estándar".

Ahora en el quirófano es obligado que haya una radiografía de la paciente puesta, "estoy seguro que en pocos años lo que será obligado es que de cada paciente que se va a operar haya un mapa 3D de su anatomía para revisarla", asegura Jiménez.

Navegación electromagnética pulmonar

Otro tema importante en el que están trabajando en el servicio de Cirugía Torácica es la navegación pulmonar. “Es parecido, pero es otra idea. Nosotros a veces tenemos nódulos pulmonares en una zona periférica del pulmón, pero son tan pequeños que no los podemos tocar, de hecho, con el robot no se puede tocar. Entonces lo que hacemos es llegar a estos nódulos mediante navegación”.

Así, a las herramientas y los programas que permiten reconstruir el mapa del paciente, se añade un navegador. “Es un campo electromagnético y en la punta hay una sonda electromagnética que nos permite ir navegando por los bronquios del paciente hasta llegar a dónde está ese nódulo”, explica.

Sirve “para muchas cosas”. Una, para localizar el nódulo durante la operación, es decir, “cuando vamos a operar al paciente, hemos marcado ese nódulo con algún colorante y lo podemos ver durante la operación, pero también sirve para llegar al nódulo y poderlo biopsiar o tratar con distintas modalidades de tratamiento, como la radiofrecuencia, las microondas, o una nueva tecnología, los campos de pulsos eléctricos". En esta última técnica están colaborando en un ensayo clínico americano; "es otra forma de tratar los tumores, mediante estos pulsos eléctricos se pueden destruir las células tumorales de una manera específica y se puede también estimular la inmunidad contra las células tumorales”.

"Son estudios experimentales, pero que combinan estas técnicas: por un lado, usamos el navegador; por otro lado, podemos localizar esos nódulos; y por otro, los podemos también tratar. El futuro va por ahí”, explica.

Quirófanos inteligentes

La tecnología es un campo “apasionante” en el campo de la medicina. “El mismo desarrollo que vemos en otras cosas, desde los electrodomésticos de casa hasta los coches y hasta las tecnologías que nos encontramos por la calle, esto aplicado a la ciencia, a la medicina, tiene el mismo equivalente”. 

El campo de desarrollo “es emocionante, porque hay tal cantidad de cosas que podemos aplicar a la medicina...”.

En este punto, Marcelo Jiménez destaca el nuevo Hospital de Salamanca y una de sus dotaciones: el quirófano híbrido, que “abre una posibilidad de operar de otra manera, con una seguridad, precisión, lesiones muy pequeñitas”. 

“Antes estábamos acostumbrados a tocar los tumores, porque eran muy grandes y ahora tenemos que buscarlo, porque son muy pequeños y si no nos ayudamos de estas técnicas, no los encontramos”.

Es un quirófano "multiespecialidad, que combina técnicas de imagen, como un TAC, con la operación, de tal manera que podemos localizar lesiones y tratar lesiones muy pequeñas con mucha precisión, combinado estas técnicas", explica.

Hay que hacer una planificación 3D antes, hay que preparar el mapa, el navegador para llegar a las lesiones y "luego, una vez que estamos ahí, tenemos que estar seguros y completar el tratamiento con las ayudas que nos proporcionan el quirófano híbrido. Todo esto combinado hace que cosas que antes tratábamos de una manera a lo mejor más burda, más grosera, ahora las tratamos con una precisión y una exactitud realmente milimétrica, es decir, podemos estar seguros al milímetro que estamos en la zona donde está ese tumor que es milimétrico".

Para Jiménez, el nuevo Hospital es un “gran oportunidad, tiene una dotación tecnológica fantástica que hay que aprovechar” y “dar un empujón con cosas nuevas, a proyectos nuevos que puedan relanzarlo”.

Pero no solo cuenta con el quirófano híbrido; “todos los quirófanos y los equipos son nuevos” y hay “una integración tecnológica fantástica”.

Más proyectos e investigaciones

Además de todo lo anterior, su equipo trabaja en más investigaciones, “siempre en la línea de trabajo de los factores de riesgo quirúrgicos”, es decir “en identificar cuáles son los problemas que pueden hacer que los pacientes tengan complicaciones después de las operaciones para intentar poner tratamiento precoz a esos problemas, o sea, investigamos sobre fragilidad de los pacientes o programas de mejora, de entrenamiento del paciente antes de la cirugía".

Tecnológicamente, "tenemos mucho más". Así, trabajan en un proyecto para intentar identificar el ganglio centinela en el cáncer del pulmón usando una fluorescencia. Además trabajan en un proyecto para localizar, a través de un gas, el punto de fuga de aire del pulmón que pueden tener muchos pacientes

Mejorar los resultados en los pacientes

"Todo el uso que hacemos de la tecnología es con un propósito, no es por usar tecnología, sino por mejorar los resultados en nuestros pacientes, que tengan menos complicaciones, menos problemas, porque la cirugía sea más directa, más precisa, con más fácil recuperación", afirma Marcelo Jiménez. Y tecnología, como se ha demostrado, hay mucha.

Hace unos años todo esto "era impensable" y "a veces con tumores muy pequeños, no quedaba más remedio que esperar a que crecieran o quitar una zona muy amplia, mientras que ahora podemos hacer tratamientos con una precisión de milímetros", afirma entusiasmado.

Y todas esta tecnología en la medicina "no tiene techo; está todo por inventar. La medicina actual no se parece en nada a la de hace 20 años, pero no se va a parecer a la de dentro de 10, porque la evolución es rápida".

"Viendo lo que hay ahora, nadie podía imaginar ni ver la capacidad que tenemos ahora; la precisión con la que operamos con la robótica, con la tecnología mínima invasiva, tiene un impacto en el paciente pequeño que hace que se puedan recuperar con más facilidad; el poder llegar a un módulo pequeñito sin tocar; navegar... todo eso era impensable. Es espectular".

Además, añade Jiménez, hay otra herramienta que va a revolucionar "incluso la forma de aprender". Se trata de la inteligencia artificial; "esto no tiene limites, ya es real, puedo coger una cirugía, la selecciono, la subo a una plataforma donde por IA de forma automatizada se hacen paquetes de vídeos, análisis cualitativos y cuantitativos de las operaciones, puede dar informes,etc". Se pueden "encontrar cosas que ni siquiera que tú has pensado, porque procesan millones de imágenes".

Son solo ejemplos de un campo, el de la tecnología y la innovación, que está generalizado en todas las especialidades sanitarias. Un avance constante en la medicina con un objetivo: salvar muchas vidas.

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