Las obras que se están realizando en el colegio público JuanJaén hansido problemáticas desde el primer día. Tras dos meses de retraso respectoal calendario previsto, la reforma en la fachada y en el edificio comenzó a principiosdel mes de septiembre, alterando la vida lectiva del centro, especialmente a laentrada y a la salida de las clases.
Una situación que, pese a ser temporal, molestó tanto a lasmadres y padres de los escolares como a gran parte del profesorado, que veíanalterado en cierta manera su plan docente al tener que abandonar sus aulashabituales, si bien todos los implicados aceptaron que era por el bien delcolegio.
Sin embargo y pasadas las semanas, la situación, lejos demejorar, empeora a pasos agigantados. Las pequeñas molestias que iban a sufrirel alumnado y el profesorado no ‘desplazado’ han aumentado hasta tal punto deque varias clases se están impartiendo en los pasillos y las escaleras delcentro.
Según ha podido saber SALAMANCA24HORAS, varios han sido losprofesores que han decidido, ante el “ruido insoportable” que soportaban en susaulas, sacar a sus alumnos a los pasillos, preferiblemente del ala del centroque está situada en la calle Profesor Sáez, para así irse “lo más lejos posible”del ruido de las obras y los taladros. Esta ‘extraordinaria’ situación se haconvertido en algo habitual, ya que el ruido de los taladros ha pasado de serun hecho puntual a ser una constante.
Un ruido en el que no se ven afectadas las aulas donde seestá trabajando, puesto que en ellas no se imparte clase mientras se estánrealizando las obras, sino en el resto de clases del mismo piso o en las queestán justo debajo de donde se está trabajando. Tal es el extremo que variasclases de Preescolar u otras como Música se están impartiendo en los pasillos,con los estudiantes sacando sus sillas y sus mesas o sentándose en las escalerasy situándose el profesor abajo.
El ruido en cuestión dentro de una clase es el siguiente:
El AMPA teme que la situaciónde estrés a la que está sometido el profesorado termine pasando factura
Dicha situación también ha sido puesta en conocimiento tantode la directora de Juan Jaén como del AMPA, tal y como ha tenido constanciaeste medio. Precisamente, el presidente de la asociación de madres y padres, CésarRodrigo, explica que muchos de los profesores también les han detallado a lospadres que dan las clases en los pasillos porque el ruido es “terrible” y nosólo no pueden entender a los alumnos ni explicarles nada, sino que muchosterminaban por quejarse o presentar dolores de cabeza.
Por ello, y como representante de los padres y madres delcentro, ha estado hablando con la directora, quien ha podido saber de mano delos trabajadores de la obra que van con “mucho retraso” porque disponen de “pocopersonal”. Es más, hasta hace unos días, apenas había un trabajador de Accionacoordinando la obra -actualmente hay dos-, mientras que eran empleados de laempresa subcontratada -algo que permite el pliego de condiciones- los querealizaban los trabajos. Junto a ellos, trabajadores de mantenimiento delAyuntamiento que velan por la limpieza del centro -tal y como se detalló en lareunión mantenida con los padres antes del inicio del curso-, si bien estoúltimo sigue llamando la atención a los componentes del AMPA.
Mientras, si bien la empresa encargada de la caldera va a “buenritmo” y no interfiere en la vida del centro, los encargados de trabajar en lasventanas, el techo y la fachada siguen a un ritmo menor del previsto. De hecho,se continúa trabajando en la segunda planta y, si bien la empresa ha propuestocontinuar por la planta baja, la Dirección del colegio se ha negado y les haemplazado a que continúen con el plan previsto, que era ir “de arriba abajo”.
Eso sí, lo que no parece cumplirse, tal y como se temíandesde el principio en el AMPA, son los plazos establecidos por la empresa,quien aseguró que trabajaría unos tres o cuatro días en cada aula para cambiarlas ventanas y van a un ritmo inferior, habiendo cambiado en 12 días apenascuatro ventanas.
Esto está haciendo que las obras se prolonguen y, con ello,los ruidos que están sometiendo a situaciones de estrés al profesorado. Dehecho, desde el AMPA temen que ese estrés pueda pasar factura.
“Hay muchos profesores, sobre todo los que están en laprimera planta al lado de las obras, que tienen que salirse de sus aulas porqueel ruido es insoportable. Son unas cuatro o cinco aulas en las que no puedenestar, y eso está provocando un estado de nervios entre los profesores”,explica César, ya que ha tenido constancia de que muchos se ven impotentes alno poder hacer nada para solucionar ese ruido y dar sus clases con normalidad.
Así pues, uno de los miedos que tienen en el AMPA es que esasituación de impotencia y frustración sea tal que, juntada al estrés, afecte ala salud de alguno de las y los profesores y tengan que pedirse la baja, con elinconveniente que eso también genera entre los escolares, especialmente entrelos más pequeños.
Las actividadesextraescolares se comenzarán a desarrollar en otro colegio
Las obras, además, van a provocar que las actividadesextraescolares organizadas por el AMPA se tengan que realizar en otro colegio,ya que el ruido que también se produce por las tardes haría imposible sudesarrollo. El presidente de la asociación de madres y padres aseguraba que, sibien todavía no está confirmado el centro donde se comenzarán a impartir hastaque finalicen los trabajos, sí que han hablado con varios colegios y prontoanunciarán una decisión.
Igualmente, confirmaba que la concejala de Educación, MaríaVictoria Bermejo, se ha interesado por la situación de las obras, especialmentetras las quejas recibidas por parte de la directora por el ruido, ypróximamente se reunirá con la Dirección del Juan Jaén y, probablemente, con elAMPA para encontrar una solución, ya que resolverlo con la mayor celeridadposible es el objetivo común.