Autonomía, accesos, empatía... todo lo que falta cuando tienes Baja Visión
Retina Salamanca: una pequeña asociación con gran propósito, que visibiliza y defiende los derechos de personas con Baja Visión. Tal y como expresa Merce Nieto, su presidenta, "entre ver y no ver hay muchos matices"
"La gente cree que o ves o no ves. Pero entre el ver y el no ver hay una cantidad de matices tremendos." Así comienza el relato de Merce Nieto, presidenta de la asociación Retina Salamanca, una entidad pequeña en número, pero gigante en propósito: visibilizar, acompañar y reivindicar los derechos de las personas con Baja Visión.
Retina Salamanca nació hace cinco años, en plena pandemia, de la mano de personas que compartían una misma frustración que es la incomprensión social hacia quienes viven con una pérdida severa de visión, pero que no llegan a ser ciegos totales.
"Nos dimos cuenta de que nadie entendía lo que es la Baja Visión. Porque si te ven caminar con bastón y luego leyendo el móvil, ya hay confusión", explica Merce. Esta falta de entendimiento, que se traduce en aislamiento, barreras y estigmas, fue la semilla que dio origen a la asociación.
¿Qué es la Baja Visión?
La Baja Visión es una discapacidad visual que no puede corregirse con gafas, lentillas ni cirugía. Afecta a la vida diaria y no es igual en todas las personas. La visión puede ser borrosa, parcial, en túnel o limitada al centro o a la periferia. Algunas personas tienen visión nocturna deficiente o sufren deslumbramientos por exceso de luz.
Esto provoca que dos personas con la misma patología vivan experiencias muy distintas. "Yo veía como un donut: el centro bien, pero alrededor nada", explica Merce. "Podía leer un libro, pero me chocaba con las cosas".
Más allá de las reivindicaciones, Retina Salamanca también es un lugar de encuentro. "Quedamos a tomar un café, a compartir lo que nos pasa. Porque salir a la calle implica un sobreesfuerzo tremendo, y hacerlo acompañada cambia todo", cuenta la presidenta de la Asociación.
Con casi 30 personas asociadas, esta comunidad ofrece apoyo mutuo, comprensión y soluciones prácticas. "Siempre hay alguien que ya ha pasado por lo que tú estás viviendo y te puede orientar" declara Merce.
Las barreras invisibles
A pesar de los avances, la vida cotidiana para una persona con baja visión sigue plagada de obstáculos. Desde lo más simple, como bajar una escalera sin contraste, hasta lo más complejo, como ir al banco o al médico sin asistencia.
Algunas barreras cotidianas que se encuentran estas personas:
En los bancos, tal y como explican “la máquina no habla, no encontramos dónde meter el DNI, y al final acabamos diciendo el pin delante de desconocidos".
Por otro lado, en los hospitales y centros de salud declaran que “hay pantallas digitales que no se ven, listados en letra minúscula... siempre tienes que ir acompañado".
En cuanto a las escaleras sin señalizar, Merce, manifiesta que “si no hay contraste visual, es como si fueran rampas invisibles. Pones el pie y te la juegas".
Por último, en la situación con los autobuses la presidenta incide en que tienen que levantar la mano para que paren, “pero si no vemos el número, ¿cómo lo hacemos? Además, muchas veces no se anuncian las paradas".
Un perro guía también necesita señales
Uno de los testimonios más llamativos es el de Paco, usuario de perro guía. Explica cómo la reciente peatonalización de algunas calles crea confusión para los animales. “Los perros han sido entrenados con la acera como referencia. En calles completamente lisas, se desorientan y se van al medio, donde puede haber coches.”
La voz de quienes viven la Baja Visión
Agustín Ledesma, usuario de la asociación, añade una reflexión clave sobre la necesidad de una inclusión real en todos los ámbitos de la sociedad:
“Lo que reclamamos es lo de siempre: que tengamos derecho a una inclusión real, desde un niño que estudia y necesita materiales adaptados, hasta una persona jubilada cuya residencia debe estar perfectamente accesible. Cuando tenemos un problema visual, hay muchas carencias. El cuerpo se protege como puede, pero necesitamos apoyos, desde unas gafas hasta herramientas tecnológicas. La inclusión tiene que estar en todo”.
Su testimonio pone de manifiesto que la Baja Visión no es solo una condición médica, sino una barrera transversal que afecta a todos los aspectos de la vida cotidiana, si no existe una respuesta social e institucional adecuada.
¿Cómo puedes ayudar a una persona con Baja Visión?
Desde Retina Salamanca promueven una guía de interacción para facilitar la inclusión real. Algunas pautas básicas son:
Preséntate al hablar y toca suavemente el brazo para indicar tu presencia.
Habla directamente a la persona, no a su acompañante.
No uses gestos, mejor responde de forma verbal.
No digas “cuidado” o “allí” sin contexto: describe el entorno con palabras claras.
Pregunta antes de ayudar: cada persona sabe lo que necesita.
Describe espacios y objetos para que puedan participar activamente.
"La vista hay que revisársela. Es muy sencillo, y si detectas algo a tiempo, puedes frenarlo. Los ojos son para toda la vida, hay que cuidarlos", insiste Merce.
Acto institucional este martes 14 de octubre
El pasado 9 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Visión, y con motivo de esta fecha, la Asociación Retina Salamanca ha organizado una serie de actividades bajo el lema oficial de este año:“Ama tus ojos. Las personas en el corazón de la salud visual.”
El objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar la salud visual y fomentar hábitos de prevención y revisión ocular desde edades tempranas.
Como parte de este programa, este martes 14 de octubre se celebrará un acto institucional en el Ayuntamiento de Salamanca, donde la asociación será recibida oficialmente. Durante el acto se dará lectura al Manifiesto por el Día Mundial de la Visión 2025, una declaración que defiende el derecho universal a la salud visual y destaca la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y la atención integral.
Lo más difícil de vivir con Baja Visión no es siempre la enfermedad, sino la incomprensión. Por eso, Retina Salamanca insiste en que la información y la empatía son claves para una sociedad más inclusiva.
"Somos pocos, pero con muchas ganas. Y lo que pedimos no es un lujo: es poder vivir con dignidad y autonomía", finaliza Merce.
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