“Los bancos han revisado las condiciones hipotecarias y han impuesto nuevas garantías”

El letrado Antonio Acosta, especialista en servicios bancarios, desgrana las claves de una década marcada por el desplome en la firma de hipotecas y la reestructuración de los sectores de la construcción y la compraventa de viviendas
 

 “Los bancos han revisado las condiciones hipotecarias y han impuesto nuevas garantías”
“Los bancos han revisado las condiciones hipotecarias y han impuesto nuevas garantías”

Una década después del comienzo de la crisis casi todo el mundo conviene en señalar la responsabilidad de las entidades financieras en el crecimiento de la burbuja inmobiliaria y, por lo tanto, en las consecuencias de su estallido. “Todo comienza a causa de la liberalización de los tipos hipotecarios a interés variable y la ampliación de los plazos de concesión de hipotecas”, introduce Antonio Acosta, letrado especializado en servicios bancarios del despacho Acosta&Santos, que pertenece a Red Abafi.

En aquel momento, con las nuevas reglas del juego, la gente tenía acceso a cantidades de dinero superiores con una cuota mensual inferior. “El mercado inmobiliario los subió precios porque había más gente con más capacidad para acceder a las viviendas. A partir de 2007 se cortó con este flujo financiero y comenzó a caer el valor de la vivienda”, recuerda Antonio Acosta. Se había abierto la Caja de Pandora al descubrir lo que había detrás de las hipotecas basura, es decir, un alto riesgo de impagos, y los bancos comenzaron a recular y a poner cortapisas. Cerraron el grifo.

“Lo que era una barra libre comenzó a encontrar trabas. Hasta ese momento se concedía hasta el 115% del valor de tasación de un inmueble. Eso empezó a no permitirse y las entidades financieras asumieron la pauta del Banco de España, que decía que una hipoteca no debía superar el 80% del valor de la vivienda”, explica el letrado. Esta circunstancia suponía que aquel que quisiera comprar, debía tener un mínimo de liquidez. “Eso era algo que no ocurría. Con una nómina en Salamanca era bastante habitual que un pareja que ganase unos 600 euros cada uno pudiera acceder a cantidades muy importantes de crédito hipotecario. Eso se cortó”, ejemplifica.

El segundo de los elementos que introdujeron los bancos para frenar la situación es el incremento en el nivel de garantías. Se incorporan los avalistas a las figuras hipotecarias, normalmente, los padres. “Esto ha dado lugar a graves problemas en caso de impago porque la crisis se ha prolongado mucho y con el aumento del paro, ha habido mucha gente que en su momento podía pagar y después no. Así que no solo se meten ellos en un problema con la vivienda, sino que meten también a los padres y su patrimonio”, lamenta. 

La metáfora del péndulo 

El abogado Antonio Acosta, que es consciente de que no es la primera crisis financiera aunque sí la más grave, sostiene que el mercado hipotecario funciona con un mecanismo parecido al de un péndulo. Es decir, las decisiones que se toman en un lado, tendrán su reflejo al otro. “El cambio del tipo de interés fijo a variable es lo que estamos empezando a notar en el otro lado del péndulo. Hemos pasado a tener un mercado hipotecario más saneado, vinculado con el propio saneamiento del sector bancario, y donde el volumen de crédito está empezando a crecer otra vez y está volviendo a ganar protagonismo el tipo fijo”, explica.

Un nuevo escenario que dibuja otras líneas de actuación y que abre la esperanza a una nueva época de prosperidad. “Muy probablemente el incremento en la confianza de los propios consumidores y una mayor estabilidad en el mercado financiero, con una pequeña apertura del grifo, ha hecho que haya empezado a haber más movimiento, teóricamente con mayor supervisión y solidez, que debería impedir que volviéramos a una situación como la anterior”, mantiene.

De esta manera, el letrado confía en que las aguas vuelvan a su cauce y el sector del ladrillo se reactive en los siguientes ejercicios. “A partir de aquí, el nuevo impulso constructor, que es leve pero que también se está moviendo a través de las reformas, unido al teórico aumento del nivel de empleabilidad también hace que haya más acceso a la vivienda, que en este momento continúa a precio asequible”, concluye Antonio Acosta. 

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