Las brigadas antiincendios vuelven a la huelga para reclamar mejoras laborales

Desde hace dos años negocian con la empresa Tragsa el reconocimiento de sus condiciones laborales. El Ministerio mantiene sus contratos como fijos-discontinuos por lo que todos los años se ven obligados a visitar las oficinas del paro, a pesar de que los incendios forestales han perdido su carácter estacional
 

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 Las brigadas antiincendios vuelven a la huelga para reclamar mejoras laborales
Las brigadas antiincendios vuelven a la huelga para reclamar mejoras laborales

Las BRIF (Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales) son equipos altamente especializados en la extinción de incendios forestales de este país, dependientes del Ministerio de Agricultura Pesca Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) pero contratadas a través de la empresa pública Tragsa.

Ubicados en diez bases repartidas a lo largo de todo el territorio español que se desplazan en helicóptero para actuar en los incendios más complicados y lugares más inaccesibles de  todo el territorio nacional dada su condición de dispositivo estatal.

Sin unas condiciones, ni reconocimiento sobre su importante labor desde su creación en 1992, en 2015, en el contexto de la negociación de sus condiciones laborales, comenzaron una lucha haciendo una de las huelgas indefinidas más grandes de la historia de este país para cambiar la situación de precariedad del colectivo. 

“Pedíamos básicamente una segunda actividad para cuando no podamos superar las pruebas físicas anuales y excluyentes a las que estamos sometidos, la categoría profesional de bombero forestal, formación adecuada a las circunstancias del trabajo de riesgo que desempeñamos y un salario digno y acorde a las exigencias del trabajo que realizamos y riesgos a los que estamos expuestos”, explican.

En esa negociación de hace dos años, el colectivo, por votación, rechazó lo ofrecido por la empresa por considerarlo insuficiente y un mero parche sin soluciones reales en diversas materias. Tras dos años de parón, a día de hoy, siguen en lucha y negociando con Tragsa y el Ministerio, y lo que parecía que podía llegar a buen puerto está empezando a resultar una situación estancada en términos y materias muy similares a las que se llegaron en 2015.

El Ministerio mantiene sus contratos como fijos-discontinuos por lo que todos los años se ven obligados a visitar las oficinas del paro, a pesar de que los incendios forestales han perdido su carácter estacional y habiendo ocurrido episodios en los que mientras ardían los bosques del norte y oeste de España sobrepasando a los dispositivos de los medios de extinción autonómicos, las BRIF estaban en el paro viendo los acontecimientos a través de los medios de comunicación desde sus casas.

En materia de segunda actividad, “simplemente ofrecen un parche para una pequeña parte del colectivo pero sin solución de cara a un futuro que cada vez está más cercano para muchos bomberos forestales de las BRIF ya que después de dejar sus mejores años y su salud en un trabajo con grandes exigencias físicas y expuesto a muchos riesgos, pueden verse en la calle los últimos años de su vida laboral, con todo lo que ello supone”.

Añaden las brigadas que la categoría de bombero forestal “es sin duda el marco y el nombre que se les debe dar, puesto que somos profesionales de la extinción y prevención de incendios en el medio forestal, sin embargo siguen sin querer reconocerla, a pesar de que muchos colectivos similares la tienen sin ningún problema y ya deberían entender que es una cuestión que deben aceptar por lógica aplastante”.

En materia económica, y amparándose en la ley de presupuestos generales del estado y en las limitaciones que tienen las empresas públicas, “ofrecen una subida que ni siquiera les equipara con la media del sector (teniendo en cuenta que no es un sector bien remunerado en general) y los mantiene a la cola a pesar de que las BRIF son un dispositivo reconocido en el ámbito de la extinción de incendios forestales, movilizables por todo el territorio nacional e incluso internacional al que les suelen asignar las misiones más complicadas en las tareas de extinción”. 

Y es que actualmente están cobrando un complemento de extinción, peligrosidad, penosidad, toxicidad, disponibilidad, etcétera, de 3,7 euros diarios. “Una vergüenza. Además se nos pide, dada la falta de estacionalidad que a día de hoy los incendios forestales presentan, una disponibilidad durante todo el tiempo que estamos dados de alta para que acudamos a cualquier hora del día y cualquier día de la semana a una llamada de emergencia por incendio forestal por poco más de 17 euros/día”.

Por todo lo expuesto, convocan huelga los días 28 de septiembre 2 y 5 de octubre “para únicamente decirles que sí, que aceptamos su disponibilidad porque la actual situación de lacra de incendios forestales que sufre este país así lo exige pero que nos la recompensen de manera digna. Somos profesionales, somos bomberos forestales y los incendios son algo serio y negarnos esto, que es tan básico no lo podemos consentir”.

Y concluyen: “No sólo se quieren aprovechar de nosotros sino de toda la sociedad puesto que los incendios forestales son una emergencia que ocasionan deterioro medioambiental y unas pérdidas  que afectan a todos los ámbitos, incluidos el aire limpio y el agua de calidad. Por lo que consideramos que ningún organismo ni empresa deberían utilizar estas desgracias para tratar de lucrarse  con ellas”.

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