Y el número de viajeros iba en aumento hasta el 13 de marzo, día en el que comenzó el estado de alarma. Con el confinamiento, el autobús urbano pasó a ser un servicio esencial, pero que se prestó al 50%, con el objetivo de garantizar el acceso de los ciudadanos a sus puestos de trabajo. El servicio estuvo disponible durante semanas únicamente de lunes a viernes en horario regular, desde las 07:00 horas hasta las 23:00 horas, y sin el horario nocturno búho. Por ello, como consecuencia del Covid-19, la bajada de viajeros es tremenda. En cuatro meses, el bus urbano ha perdido 3.601.019 viajeros, en comparación con los mismos cuatro meses de 2019.
Así, en el mes de marzo, el servicio perdió 684.781 según los datos facilitados a SALAMANCA24HORAS por el Ayuntamiento de Salamanca. Mientras que en marzo de 2019 los viajeros fueron 1.230.654, en el mismo mes de 2020 fueron 545.873. En la estadística de las líneas, la que más viajeros perdió fueron la línea 10 (Los Toreses-Vistahermosa) y la línea 4 (Cementerio-Los Toreses), con 56,8% menos de viajeros.
En el mes de abril, primeros 30 días completos de confinamiento, la caída fue del 95,1% entre los datos de 2019 y 2020. El servicio perdió 1.033.823 viajeros, pasando de 1.087.030 el año pasado a 53.207 de este. Las caídas fueron abultadísimas, de más del noventa por ciento en todas las líneas, destacando la línea 4 que fue literalmente vacía, con un descenso del 96,5% del número de viajeros.
En el mes de mayo, los usuarios comenzaron a perderle el miedo a coger el autobús urbano. Pese a esto, la caída entre 2019 y 2020 fue del 90,7% (1.259.513 viajes en 2019 por los 117.754 de mayo de 2020). El servicio perdió 1.141.759 viajeros. Sin embargo, algunas líneas comenzaron a experimentar mejorías. Es el caso de la línea 1 (Los Cipreses-Buenos Aires), que cayó un 89,9% ; la línea 9 (Capuchinos-Zurguén) con un 89,4% o la línea 6 (Garrido-San José) con un 89,0%. El resto de líneas siguieron perdiendo viajeros por encima del 90%.
En el mes de junio el autobús experimenta su mejoría, básicamente debido a que el pasado día 22 el servicio recuperó el 100% de los horarios y de las frecuencias habituales antes del estado de alarma, retomando también los autobuses nocturnos con las dos líneas del servicio búho. Sin embargo, la drástica reducción de aforo, de un máximo del 40% de viajeros, se mantiene para garantizar el cumplimiento de la distancia interpersonal.
La caída, comparando los meses de junio de 2019 y 2020, es del 68,3%, con 1.084.923 viajeros en 2019 y 344.267 este mes que acaba de finalizar. Es decir, 740.656 menos. En cuanto a las líneas, la más recuperada en junio fue la 2 (Pizarrales-San Julián), con un descenso del 62,9%; mientras que la menos recuperada es la línea 4 (Cementerio-Los Toreses) con un 73,8% menos de viajeros.
Por suerte, la recuperación en el número de viajeros es gradual conforme pasan las semanas y no se producen rebrotes en Salamanca, aunque al servicio le costará recuperarse al 100% hasta final de año.
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