La subdelegada del Gobierno en funciones, Miriam Vicente, recibió este jueves a representantes de la Unión de Pensionistas, Jubilados y Prejubilados de UGT encabezados por su secretario general, Luciano Ramón, quien tiró de ironía para entregarle a la representante gubernamental en Salamanca carbón a modo de protesta por lo que considera es la exigua subida de las pensiones.
Según explicó Ramón, casi cinco millones de españoles cobran una pensión de entre 150 y 600 euros por lo que ‘venderles’ que con un incremento de sus pensiones del 0,25 % van a ganar poder adquisitivo es un engaño “cuando los productos de consumo diario han subido mucho más que ese porcentaje”.
El responsable sindical acusó al Gobierno, además, de utilizar a los ciudadanos como conejillos de indias de cara a la banca. “Vamos a decir que no queda caja de pensiones para que la gente se abra planes privados y así beneficiamos a la banca”, apuntó al tiempo que desmintió esa teoría del Ejecutivo aclarando que “hay dinero en España pero los impuestos están mal repartidos”.
Así, se refirió a los miles de millones de subvenciones empresariales o a la forma de tributar de aquellas personas, más de un millón en todo el país, con sueldos diez veces superiores al salario mínimo interprofesional, que cotizan por una cantidad máxima de 3.650 euros. Solo en ese concepto, denuncia UGT, podrían recaudarse más de 7.000 millones de euros.
A juicio de la organización sindical, desde el Gobierno “nos manipulan como quieren”. De igual modo recordaron que casi 3 de cada 10 pensionistas mantienen a muchas familias “con lo que ahí también se van otra serie de ayudas que el Gobierno, que parece sordo y ciego y no se fija en la gente de la calle, se ahorra”.
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