​Casa Samuel, las celebraciones típicas “de un hogar” para personas que han encontrado allí a su familia

Esta Nochebuena pudieron disfrutar de una gran tarde de juegos amenizada con dulces navideños y villancicos y culminada por una gran cena. Estuvieron acompañados de antiguos residentes del espacio de Cáritas

 Casa samuel
Casa samuel

Hay muchas personas que, por diferentes motivos, no pueden pasar la Navidad con sus familias. A veces ha sido mala suerte, o a veces un cúmulo de infortunios y decisiones erróneas les han llevado a una situación que no les gustaría haber vivido.

Pero en muchas ocasiones, la vida da segundas oportunidades para volver a disfrutar de la vida que todo el mundo desearía. O al menos, algo muy parecido a eso. Salamanca es una ciudad que cuenta con varios recursos humanitarios destinados a todos aquellos que peor lo están pasando, y un claro ejemplo es Casa Samuel.

Casa Samuel es un espacio de Cáritas Diocesana donde, desde hace casi 20 años, se atiende a las personas más desamparadas que, además, sufren el VIH o una patología asociada del mismo. Y sin embargo, es uno de los lugares donde más vida hay de toda la ciudad, ya que tanto usuarios como trabajadores y voluntarios hacen que esa casa sea más que un hogar.

La educadora de Casa Samuel, Sara Samprón, atiende a SALAMANCA24HORAS, explicando que, cuando llegan estas fechas, intentan hacer “como en todas las casas”, decorando entre todos los días antes con objetos hechos en talleres de manualidades, en los que se prepara la decoración; o se utilizan los enseres de otros años.

“Entre todos procuramos decorar toda la casa y el árbol, también el de fuera”, prosigue, no sin remarcar que el día grande llega en Nochebuena. Esa tarde, todos los voluntarios están invitados para terminar los preparativos y cantar villancicos, y luego todos juntos disfrutan de una apasionante tarde de juegos. Igualmente, comen los típicos dulces navideños, y posteriormente pasan a la gran cena, que han ido preparando a lo largo de todo el día.

Se trata de una “cena especial”, asegura Sara, a la que suele acudir la comunidad de los Sagrados Corazones, así como varios excompañeros de Casa Samuel, que cenan con los residentes del espacio de Cáritas el 24 y comen el 25, algo que se repite también el Fin de Año y en Año Nuevo.

“El 31 (de diciembre) hacemos lo mismo. Nos acercamos por la tarde los compañeros, trabajadores y voluntarios de Cáritas para preparar una tarde especial y hacer juegos tipo bingo, que es algo entretenido para todos”, detalla la educadora, y así los usuarios “tienen cerca a gente que conocen de siempre, del día a día”.

“Son fechas difíciles para todos, y si estamos los mismos que a lo largo del año, mucho mejor”´

Sara Samprón lamenta que la Navidad “son fechas difíciles para todos”, y por eso intentan acudir cuantos más voluntarios y trabajadores, mejor, ya que “si estamos los mismos que a lo largo de todo el año, mucho mejor para ellos, parece la celebración propia de una casa”.

Y es que hay muchos “que piden que sea pronto el 7 u 8 de enero” y que se pasen, por lo que desde Cáritas tratan de que “sean lo mejor posible y vivirlas con normalidad, celebrando todos los que estamos”, ya que la gente con la que conviven diariamente “es su familia, y estar acompañados para todos es importante”.

Precisamente en busca de esa ‘familia’ que son es por lo que invitan a antiguos residentes de la Casa Samuel tanto el 24 como el 31 de diciembre, para que acudan en esas fechas “y celebrar las navidades, que con parte de la casa mantienen lazos”.

Muy pocos se van con sus familias

En Casa Samuel pueden atender hasta a 14 personas, aunque ahora mismo residen 12, ya que están a la espera de dos nuevos ingresos. Estas personas que allí viven, por lo general, pasan la Navidad entera allí, “y muy pocos se van”.

Las relaciones de estas personas con sus familias varían de gran manera. “Las hay de todo, de quienes no tienen ningún tipo de contacto y otros que han retomado, pero es raíz de un proceso; y también hay quienes lo han mantenido y no están en contacto”, relata Sara, algo duro en fechas tan emotivas en los que uno siempre quiere estar rodeado de sus seres queridos.

La educadora concreta, eso sí, que “no especialmente por ser Navidad la relación se retoma”, sino que eso es un proceso que sólo algunos afrontan y que lleva bastante tiempo, “pero no por ser Navidad tienen más relación”. Entre los que sí tienen contacto, los hay quien marcha a casa con su familia o quienes hacen algo especial pero sin ir a la cena.

“Hay residentes que tienen hijos y quedan con ellos por la tarde, toman algo y se vuelven a Casa Samuel a la hora de la cena”, porque como repite, “es un proceso que lleva más tiempo y que se trabaja a lo largo del año”, por lo que si una relación está deteriorada “no por ser Navidad se arregla, al menos entre los que viven en la Casa”.

Lo que sí valoran todos estos residentes es la atención que reciben por parte de todo el equipo de Cáritas (24 voluntarios y trabajadores). “Agradecen mucho, y no sólo te lo dicen estos días, el estar en una casa, el tener un hogar, una buena comida… lo valoran todo el año”, aunque cree que en Navidad, “una época más familiar, lo valora aún más, porque somos la gente que tienen diariamente y, al igual que sus compañeros, nos convertimos en cierto modo en su familia”.


Casa Samuel Cáritas (3)

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