La Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca ha acogidoeste lunes el acto de bienvenida a los guardias civiles que durante un añorealizarán sus prácticas en la provincia de Salamanca. Son trece hombres y unamujer. De los catorce, trece proceden de la Academia de Baeza (Jaén) y uno dela de Valdemoro (Madrid).
Todos ellos formarán parte de una unidad concreta, aunquepodrán apoyar a otras en determinados casos. Además, tendrán un encargado deformación y supervisión, que será un guardia civil con una experiencia mínimade ocho años.
Encarnación Pérez, subdelegada del Gobierno en Salamanca,recomienda a este grupo que ha elegido Salamanca como destino que descubra “labuena relación que tiene que haber entre la Guardia Civil y lasadministraciones públicas” y le pide que “ayude a mejorar las deficiencias conilusión, pues la formación es permanente”.
“Salamanca es una provincia tranquila en la que se puedenadquirir conocimientos. En sitios con mayores incidencias, se tiene menostiempo para aprender”, asegura Jorge Montero, jefe de la Guardia Civil enSalamanca.
Javier Gervás, de Zamora, ha seleccionado Salamanca porquele gusta “bastante”. Trabajó en el Ejército nueve años. “Fue un trampolínporque siempre quise ser guardia civil”, afirma antes de añadir que le encantaríadesarrollar su nuevo trabajo en la Unidad de Acción Rural o el Grupo de Reservay Seguridad. Estará en el cuartel de Ciudad Rodrigo.
La única mujer de estos catorce guardias civiles, RaquelMorín, ha elegido esta profesión y Peñaranda porque lo lleva en los genes: “Nacíen Móstoles, pero llevo quince años en Salamanca por el trabajo de mi padre,también guardia civil, como mi abuelo, mi bisabuelo y mi tío. Estudié FilologíaInglesa y ahora quiero aprender y conocer a toda la gente que compone laGuardia Civil de Salamanca. En la academia éramos ocho mujeres y nos trataroncomo unas más. Espero que siga siendo igual, ya que a las mujeres se nos puedenecesitar para resolver casos de violencia de género o cachear a otras mujeres”.