Este jueves, 8 de febrero, ha vuelto a ser protagonista la protesta por el campo y por mostrar a la gente las necesidades primarias que tiene uno de los sectores más importantes para España y para Castilla y León. Un alzamiento por los que les pertenece y por hacer hincapié en las horas y horas que se han destinado en las afueras de las capitales. Como bien reza el dicho y como se ha demostrado en estas tractoradas: “Si el campo no produce, la gente no come”.
Desde primera hora de la mañana, se han arrancado motores y han salido desde diferentes puntos de la provincia. Babilafuente o Villoria han sido algunos de los pueblos que han liderado la protesta y han empezado a colapsar diferentes vías de la zona metropolitana de Salamanca como la rotonda del E. Leclerc y el acceso con la A-50, la rotonda del Helmántico con la carretera de Zamora y, por supuesto, la rotonda de Buenos Aires, donde ha habido más incidentes, sobre todo por la tarde. En ese momento, ha sido cuando algunos manifestantes, ante la negación por parte de las autoridades de que entrasen al centro, se han encendido y han empezado a haber las primeras trifulcas entre policía y personas que protestaban.

Hasta mediados de la tarde, ha estado cortada la A-62 en dirección a Portugal, y tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han advertido a los manifestantes de no volver a ocupar la autovía y así evitar incidentes desagradables.
Por otro lado, el centro ha tenido su dosis de protagonismo, y los trabajadores del campo han conseguido uno de los principales objetivos, colapsar totalmente el centro en Plaza España, Gran Vía y en las calles colindantes, donde el ruido de los tractores han resonado en toda la capital del Tormes, sonando al unísono por mantener con vida el trabajo labrado a mano.
Tal ha sido la masificación de la tractorada, que los efectivos de la Policía Local no han llegado al cupo necesario para controlar el tráfico, algo en lo que ha tenido que echar una mano la Policía Nacional de cara a llevar un control adecuado del tránsito de vehículos para evitar males mayores.

Otro de los puntos fuertes ha sido el desacuerdo entre las OPAS y los propios agricultores, donde la calma ha reinado pero donde las manos no se han llegado a estrechar como acuerdo por las condiciones deseadas por los manifestantes. Del mismo modo, profesionales independientes han boicoteado parte de las protestas por no sentirse parte de las organizaciones agrarias.
El apoyo de los salmantinos y salmantinas también se ha hecho notar y los aplausos han sonado en todos los puntos de la capital al paso de los tractores en las plazas, calles y avenidas, un sonido que se ha juntado con los claxones de los vehículos que ha copado Salamanca.

Un día de protesta en el que ha sido un rotundo éxito por parte de los ganaderos y agricultores, que han estado luchando por lo que les pertenece y por lo que han alzado la voz para llegar a un acuerdo en el que por fin se pueda valorar el trabajo del campo.
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