El Día Mundial de las Legumbres que recae en este jueves 10 de febrero es idóneo para recordar no solo la importancia de su consumo con un gran aporte nutritivo, sino también para conocer cómo podemos evitar que nos entren tantos gases después de comerlas.
Aunque parezca que todo es una cuestión del cocinado, que también, la clave parece estar en el remojo.
La principal causa de la producción de gases, según dicta el diario 20 minutos es porque “las legumbres, particularmente las lentejas contienen oligosacáridos. Se trata de un almidón resistente que nuestro intestino es incapaz de descomponer, por lo que se queda intacto sin digerir hasta que llega al colón”.
Lo más aconsejable para evitar en la medida de lo posible los gases es poner las lentejas a remojo durante más de 24horas, con el fin de que se ablanden y se liberen los oligosacáridos. Si no se desea poner en remojo durante tanto tiempo también se pueden añadir especies aromáticas que consiguen facilitar la digestión o recurrir al bicarbonato de socio que ayuda a regular la función intestinal del aparato digestivo.
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