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La aplicación de la Declaración de Salamanca, en primera persona

Ana Marta Almaraz, madre de un hijo con discapacidad intelectual, explica su experiencia en SALAMANCA24HORAS.

Educación Inclusiva 4

“La Declaración de Salamanca sigue vigente porque todavíahay que reivindicar el derecho y la urgencia de recibir enseñanza de calidad enniños, jóvenes y adultos con necesidades especiales. Solemos pensar que alhablar de ello nos centramos en la infancia, pero los demás también laprecisan. Es cierto que se ha avanzado muchísimo en estos 25 años, pero lasfamilias de personas con necesidades especiales tenemos que seguir siendo muyreivindicativas”. De esta manera valora Ana Marta Almaraz, madre de un hijo condiscapacidad intelectual, lo aportado por la Declaración de Salamanca dePrincipios, Política y Práctica por las Necesidades Educativas Especiales y laEducación Inclusiva.

El familiar de Almaraz tiene 24 años y pasó por un colegioordinario hasta que finalizó la Educación Secundaria Obligatoria. “Laexperiencia fue muy buena y se respetó lo estipulado en la Declaración deSalamanca: favorecer que las personas con discapacidad puedan estudiar encentros ordinarios. Fuimos muy innovadores al acudir a un colegio así, perocomo fue el único alumno con discapacidad, le prestaron todos los recursosnecesarios. Es cierto que algún padre pensó que mi hijo ralentizaba oentorpecía el avance del curso al que pertenecía, pero esa opinión nunca llegóa más”, relata Ana Marta. A ella le preocupaba que el resto de compañerosrechazaran a su hijo: “Las diferencias asustan cuando se es pequeño y másanteriormente, que existía un mayor desconocimiento sobre la discapacidad. Haygente que tiene miedo porque cree que estas personas pueden ser agresivas. Peroentiendo que cuanto antes se conviva con discapacidades, más se cambiará elconcepto sobre ellas. Es muy importante que los estudiantes sin discapacidadconozcan a otros que tienen y la situación se normalice”.

Una vez terminados los estudios obligatorios, el hijo de AnaMarta Almaraz se matriculó en un centro de atención especial de Asprodes en elque realizó cuatro años de Transición a la Vida Adulta y un curso decualificación profesional: “Sentimos que era lo que necesitaba en ese momento.Ya no eran tan importantes los conocimientos como las habilidades. Laadaptación fue muy buena. Me gustaría que hubiera seguido estudiando, pero apartir de los 21 años no se puede permanecer en estos lugares salvo que serenuncie a otra serie de derechos”.

El hijo de Almaraz nació con la Declaración de Salamancaaprobada y vivió su aplicación en un centro ordinario y en otro específico. Poreso, su madre puede juzgar si lo acordado en 1994 se cumple o quedan retos queacometer: “Se ha avanzado en Educación Infantil y Primaria, pero habría quereforzar la integración en Educación Secundaria Obligatoria y la universitaria.Por discapacidades, la atención a la física y sensorial ha progresado más. Lasratios de alumnos por profesores tendrían que reducirse, pero no solamente paraatender a personas con discapacidad, sino a estudiantes extranjeros con problemasde comprensión del idioma, por ejemplo. Para ello habría que formar a losprofesores más específicamente y así podríamos tratar la atención a ladiversidad y no solamente a la discapacidad. Pero la mejora es una cuestión defondo, de la mentalidad de la sociedad. Tenemos que entender que cabemos todos,tengamos o no discapacidad. Todos estamos predispuestos a tener una en algúnmomento de nuestras vidas. Hasta que no cambie ese pensamiento, podremos hablarde inclusión, pero no será efectiva. Ha de existir una igualdad de oportunidadesreal”.

Comentarios
Enhorabuena Hace 4 años (10/06/2019 08:34)
Enhorabuena, y de corazon me alegro, pero la realidad no es esa para todos los alumnos con necesidadea educativas especiales <br/>10
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