Los conductores profesionales, tanto de viajeros como de transporte de mercancía, relativos a los autobuses urbanos y transportes de Salamanca, muestran un gran enfado debido al retraso en su jubilación.
Los 65 años son una edad avanzada para unos profesionales que tienen entre sus manos la vida de miles de personas a lo largo del día. Vidas cuya seguridad depende en exclusiva de las facultades físicas de estos conductores.
El revuelo generado en el sector ha suscitado el interés de este periódico. Principal motivo por el que SALAMANCA24HORAS.COM se hace eco de las quejas de los chóferes.
Nos ponemos en contacto con Eduardo Moreno, conductor de autobús urbano y portavoz de la Plataforma para la jubilación a los 60 años en Salamanca, quien nos confiesa que lleva 30 años al volante y si la jubilación continúa estipulada a los 65 años todavía tendría que seguir conduciendo 12 años más, algo que considera que es “mucho tiempo porque se pierden facultades y ponemos en riesgo otras vidas, no solo las nuestras”.
Este profesional del volante nos advierte además de que desde la Plataforma ya han contactado con el Ministerio de Trabajo y que, aunque le reconocen que tienen razón nadie mueve ficha por “un tema que llevamos trabajando muchos años”.
Ponerse en contacto con el Ministerio de Trabajo no es el único movimiento que han emprendido desde este colectivo. También “se han entregado firmas al congreso recogidas en la primera Asamblea en 2019”, según nos informa Eduardo.
Una iniciativa que al parecer suscitó interés, pero donde tampoco se esclareció nada: “Entre los partidos políticos minoritarios de izquierda tuvo acogida, pero sin avanzar nada y sin apoyo”.
El día 24 del pasado mes a las doce de la mañana, en los cines Príncipe Pío de Madrid, tuvo lugar la segunda asamblea del sector. Una asamblea a nivel estatal donde se acordó, tal y como manifiesta este conductor, fijar una concentración en todas las Delegaciones de Gobierno de todo el territorio español para “dar más difusión y contactar con más sindicatos y llegar a más provincias, porque ahora somos sindicatos minoritarios y tan solo contamos con el apoyo de sindicatos como el de CGT junto con el respaldo de algún delegado, pero a título personal”.
Además de la concentración que tendrá lugar el próximo 17 de febrero de 2022 a las 11:00 horas de la mañana en todas las Delegaciones de Gobierno de España, como hemos recalcado anteriormente, habrá a mayores una manifestación a nivel estatal en Madrid, programada para el 26 de marzo de 2022.
Eduardo aclara que “si no nos hacen caso haremos un calendario de huelgas”.
Esta problemática que afecta tanto a los conductores de viajeros de ciudad y carretera como a los de transporte de mercancía cuentan con el aval de la DGT, que en más de una ocasión ha manifestado públicamente que a partir de una edad se pierden reflejos. Razón por la que a partir de los 65 años se realizan controles más exhaustivos dirigidos a aquellas personas que todavía se pongan frente a un volante.
La edad de jubilación establecida en nuestro país entre los 65 y 67 años, en función de los años cotizados, es considerada excesiva en determinados trabajos, sobre todo en aquellos que supongan un alto grado de peligrosidad. En este sentido, Eduardo Moreno al igual que el resto sus compañeros de profesión solicitan “un coeficiente reductor como tiene la Policía aquí en Salamanca o los Mossos d´Esquadra en Cataluña para que nos podamos jubilar a los 60 años”.
Actualmente “se están jubilando con 62 años aquellos trabajadores de empresas que tienen el Contrato de Relevo, pero únicamente pueden hacerlo los profesionales que tienen este acuerdo de convenio”.
La solicitud de rebajar la edad para poder acceder a la jubilación por parte de estos profesionales no es nada descabellado, ni tampoco incoherente, puesto que los conductores profesionales están expuestos a padecer más enfermedades laborales que en otros trabajos como son las enfermedades musculoesqueléticas, cardiovasculares, psíquicas como la ansiedad, los nervios o la depresión.
También están más expuestos a sufrir lumbalgias, dolores de espalda o daños más severos en la columna y articulaciones, alteraciones en el aparato auditivo, enfermedades osteoarticulares, hipertensión, neumonías o problemas de sueño. Todas ellas afecciones que “no se reconocen como tal”, advierte Eduardo Moreno.
Por el momento, los miembros que componen este colectivo de conductores profesionales ya han movido ficha, con las ideas claras de que seguirán manifestándose hasta que consigan una respuesta y sobre todo una solución que les permita adelantar su jubilación. Mientras tanto estos chóferes tendrán que armarse de una mayor paciencia de la que ya han demostrado y esperar a ver si las próximas concentraciones dan frutos más esperados.
Desde luego, esta denuncia pública es más que justa puesto que cualquier distracción al volante provocada por el padecimiento de alguna de las enfermedades anteriormente mencionadas o debido a la falta de reflejos pone en serio peligro la vida de muchos ciudadanos que no tienen por qué pagar las consecuencias de una propuesta que no encaja entre los proyectos del actual Gobierno.
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