Salamanca amplía desde este jueves su oferta cultural añadiendo un mirador en uno de sus edificios históricos a los ya existentes en las catedrales y en La Clerecía. En este caso se trata de una terraza situada sobre la fachada del Convento de San Esteban y que permanecía cerrada, pues solamente se usaba para tareas de mantenimiento de las torres y los tejados.
Gracias a una obra que ha durado seis meses y que ha costado 80.000 euros (se incluye la reordenación de salas museísticas), los salmantinos y visitantes podrán divisar la ciudad desde una ubicación novedosa situada a 30 metros de altura.
“Ofrece unas vistas espectaculares e inéditas que forman parte de la fórmula ‘Más espacios patrimoniales, más visitantes, más economía y más empleo’ que, además, permitirá hacer un poco de ejercicio”, señala el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, encargado de inaugurar esta idea de su predecesor en el cargo, Alfonso Fernández Mañueco.
Y es que para acceder a este espacio hay que subir una escalera de caracol de 62 peldaños. Por eso, se accederá a él a través de grupos de 20 personas y en cuatro visitas diarias (a las 10:30, 11:30, 17:30 y 18:30 horas) incluidas en la entrada de visita al museo del edificio y a la espera de ofrecer una más semanalmente de manera gratuita.
“La intervención ha sido sencilla porque el espacio no es grande, pero compleja por las dificultades de la instalación. Antes se accedía a ella a través de una trampilla y hemos tenido que rebajar el suelo y poner un acabado de granito con una técnica que permita evacuar el agua por debajo para expulsarla al exterior a través de las gárgolas que ya existían”, indica Jesús Manzano, director técnico de la obra.
Esta actuación llevada a cabo entre el consistorio charro y el Convento de San Esteban que ha permitido la contratación de un guía es del agrado del prior de los dominicos de Salamanca, Ricardo Luis de Carballada: “De esta manera contribuimos a la oferta cultural de la ciudad, que está a la cabeza de lugares que ofertan visitas en espacios altos. Además, permitirá vivir una experiencia espiritual, pues en la terraza se respira silencio, armonía, equilibrio y paz. Es un lugar para ver con los ojos y el alma”.
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