Año nuevo y exigencias antiguas. Poco o nada cambia en las necesidades que los trabajadores de la Justicia tienen en Salamanca. Así se desprende en la Memoria de 2020 que en las últimas horas ha dado a conocer el Decanato de los Juzgados de Salamanca, y que lleva la firma de su titular, el magistrado Juan Rollán García.
Los datos sobre carga de trabajo recogidos por el Decanato constatan la urgente necesidad de crear un nuevo Juzgado de Familia, Incapacidades e Internamientos —que sería nombrado como Juzgado de Primera Instancia número 10 de Salamanca— ya que el que funciona en estos momentos se encuentra ampliamente sobrecargado, con casi 2.000 asuntos registrados el pasado año, pese a que la actividad judicial se vio muy mermada por la pandemia. Además, el Juzgado de Familia actual requiere aumentar su plantilla en dos funcionarios más para tramitar sus casos, con el fin de poder hacer frente a la gran cantidad de asuntos con los que tiene que lidiar.
En cuanto a las necesidades de personal, el juez decano de Salamanca también considera necesarios, y así se lo transmite al Ministerio de Justicia en su memoria, la contratación de una persona que se ocupe del servicio de atención e información al público en la puerta principal de los Juzgados de Colón, y que asimismo se ocupe de la ayuda al público en la zona de acceso a la Sala de Bodas y a la Sala de Exploración del Menor.
Por su parte, el Juzgado de Instrucción número 3, de Violencia sobre la Mujer, precisa aumentar la plantilla con un funcionario para atender la gestión en su sección civil.
En cuanto a las necesidades en los edificios, el Decanato considera que el Juzgado de Menores de Salamanca, que se encuentra en el edificio de la Audiencia Provincial en Gran Vía porque existe falta de espacio en Colón, requiere de una dependencia separada que funcione como Sala de Testigos, con el fin de evitar la coincidencia de los menores enjuiciados con testigos y víctimas.
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