Crece el ‘Grooming’, un engaño con abuso y explotación sexual a menores, bajo el “chantaje” y “venta” de imágenes íntimas ‘online’

Con el objetivo de "buscar encuentros íntimos y estrategias de prostitución o explotación sexual”, la responsable del área de menores de Incibe, Cristina Gutiérrez advierte de dos tipos de 'groomers': el perfil veinteañero que “busca sacar un rendimiento económico a través de la difusión de imágenes íntimas”, y el perfil de hombre de 35 a 55 años que “son consumidores”

Un menos chateando en las redes sociales. Foto EP
Un menos chateando en las redes sociales. Foto EP

Exponer a los menores a una edad cada vez más temprana frente a las nuevas tecnologías y el uso particular de las redes sociales supone un grave peligro que se agranda de una forma cada vez más acelerada, y por el que desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) insisten en que “hay que ponerle freno”. Y es que, aunque parezca que los menores no corren ningún riesgo haciendo uso libre de los dispositivos con acceso a internet, lo cierto es que este peligro es un ‘gigante silencioso’ que en la mayoría de las ocasiones los adultos no ven, pues se trata de delincuentes camuflados bajo la identidad falsa de otro menor.

Concretamente hablamos de uno de los delitos contra la libertad sexual más frecuente en la actualidad, conocido como ‘Grooming’. Tal y como describe a Salamanca24horas la responsable del área de menores de Incibe, Cristina Gutiérrez, esta se trata de “una forma de violencia digital en la que hay una relación desigual donde cabe la coacción, el chantaje y la manipulación del menor”, y donde se producen “situaciones de abuso y explotación infantil y se les fuerza y engaña para que envíen contenido sexual”.

También, desde Incibe trasladan que el ‘grooming’ “no deja de ser una práctica de riesgo que le sucede a muchos niños y adolescentes en espacios digitales, donde un contacto, que por lo general es una persona desconocida, les habla, haciéndose pasar, en la mayoría de las ocasiones, por un menor, con la estrategia de establecer una relación, ganándose su confianza, con el propósito de conseguir un acercamiento sexual y ejercer un chantaje sobre los menores”.

En este aspecto, C. Gutiérrez explica que hay dos perfiles de ‘groomer’ muy identificativos. Por un lado, están “los que quieren contactar con el menor para tener una relación digital para sí mismo”, y, por otro lado, “los que quieren obtener dicho contenido para difundirlo en otras webs de pederastia”.

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Un detenido como presunto autor de delitos de Child Grooming. Foto EP

Añade también que “mayoritariamente son hombres”, donde está el perfil veinteañero que “busca sacar un rendimiento económico a través de la difusión de estas imágenes para que otras personas les paguen por ello”. Y donde por otro lado, está el perfil de hombre de 35 a 55 años que “son consumidores”. Siendo este último el perfil más mayoritario, donde habría diferentes objetivos, “desde chantajear a los menores con tonos sexuales, pidiéndoles imágenes semidesnudos, desnudos o imágenes íntimas, hasta intentar buscar encuentros íntimos y estrategias de prostitución o explotación sexual”.

Respecto al ‘modus operandi’ de estos delincuentes, desde Incibe aclaran que, por regla general, “lo primero que hacen los ‘groomers’ es contactar por redes sociales con el menor y luego trasladarse a las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp que son más privadas, y que no tienen tantos mecanismos para bloquear o congelar esas imágenes o conversaciones”.

Según los reportes que emite el Ministerio del Interior, desde Incibe reconocen que “cada vez hay más casos de ‘grooming’ que están relacionados con las redes sociales y los chats de videojuegos”. Espacios naturales “cada vez más frecuentes para los menores”, donde hay “más oportunidades” para cometer este tipo de delitos. Delitos donde las víctimas son tanto niños como niñas, con una clara diferencia de la que advierte la responsable del área de menores de Incibe: “Cuando la víctima es una niña, el contacto suele producirse a través de las redes sociales, mientras que en el caso de los niños suelen estar más ligados a los chats de videojuegos”.

Cuando la víctima es una niña, el contacto suele producirse a través de las redes sociales, mientras que en el caso de los niños suelen estar más ligados a los chats de videojuegos

Además, desde Incibe insisten también en que “el abuso sexual infantil va subiendo no solo en España sino en el mundo. La Comisión Europea ha puesto en marcha un plan de estrategia y reglamento para este tipo de abusos infantiles e Incibe en España, que cuenta con un equipo especifico con reporte en línea de estos contenidos las 24 horas, donde cualquier persona de forma anónima puede aportar cualquier URL de contenido que se encuentre donde se tenga sospecha de que se está explotando con fines sexuales a un menor”.

Entre las claves para detectar que un menor está siendo víctima de ‘grooming’, la experta de Incibe, Cristina Gutiérrez advierte de que “los adultos nos podemos dar cuenta cuando el menor cambia totalmente su forma de ser. Va a dar señales como síntomas de ansiedad, depresión, aislamiento, cambios en cómo usar la tecnología o cómo se desenvuelve con sus amigos”. Manifiesta, a la vez, que esos comportamientos se pueden identificar también desde los centros educativos, “pueden ver cambios bruscos de actitud en el aula, faltas de concentración, bajada de rendimiento o nerviosismo”. Y ahí matiza que, “una vez identificado el problema las familias deben de ayudar y mostrar apoyo al menos, en lugar de presionarlo”.

Dado que según expone esta experta en menores, “cuesta mucho reparar una vivencia de abusos”, acarreándole al menor muchos daños psicológicos, insta a usar los servicios de ayuda que ofrece el Incibe, a través del 017, desde donde se da apoyo tanto a los menores, como a sus familiares, ofreciendo también un apartado dedicado en exclusiva al menor, donde se aconseja acerca de la prevención y de la configuración de los dispositivos para evitar una situación de este tipo. También solicita dar a conocer posibles casos de ‘grooming’, con el objetivo de “frenar la disponibilidad de contenidos que hay en internet con actitudes sexuales o sexualizadas, para que los pederastas no pueden acceder a ellos y poder frenar esta lacra de alguna manera”.

Incibe ofrece ayuda las 24 horas del día a través del 017, donde se muestra apoyo a los menores y a sus familias

Lógicamente también, desde Incibe se aconseja a los progenitores y centros escolares que “tenemos que concienciar a los menores de que cuando naveguen por internet estén en entornos configurados para su edad. Esto quiere decir que los padres cuando dejen un dispositivo electrónico al menor, sería ideal tener algún tipo de control parental sobre él, porque las redes están configuradas para adultos, pero si el menor comienza a hacer uso de ellas antes de la edad permitida, los padres tienen que entender que tienen que complementar desde su parte esa experiencia digital, ajustando la privacidad de las cuentas, ya que no se debe de empezar de una forma totalmente abierta. Por ejemplo, Instagram permiten ajustar la privacidad, donde los mensajes y publicaciones e interacciones están limitadas a una lista de amigos concreta, y donde también se puede configurar que no haya personas desconocidas que te añadan a grupos”.

Al mismo tiempo, Incibe asegura que actúan de una forma complementaria a través del 017: “Ayudamos a la familia desde lo que tiene que hacer en la red social, o si es un acto delictivo les orientamos para que hagan efectiva la denuncia, y en paralelo trabajamos dentro de esta red europea de Centro de Seguridad de Internet para lograr la cancelación de estos contenidos en la red”.

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