Cribar el fondo del río Tormes para conocer la presencia de la Almeja Asiática en Salamanca: “El objetivo no es la eliminación de la especie invasora”
En el último cribado realizado el pasado fin de semana por voluntarios se han recogido un total de 1.858 almejas, de las que 1.331 ejemplares estaban vivos y 527 muertos
La Almeja Asiática originaria del continente asiático es un pequeño bivalvo que ya se encuentra asentado en las aguas del río Tormes a su paso por la capital salmantina. La primera vez que se detectó su presencia a través de la Fundación Tormes-EB fue en el año 2018, aunque desde esta entidad se advierte también que en el país ya se había detectado a comienzos de los años 80.
Se trata de una de las especies que actualmente está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en cuya ficha apuntan que su nombre común a parte de ‘Almeja Asiática Marina” es ‘Almeja China’, cuya distribución general nativa se encuentra en China, Japón y Corea.
En cuanto a su impacto ecológico desde este Ministerio señalan que “disminuye la abundancia y diversidad de las especies nativas por competencia por el alimento, reduciendo la disponibilidad de espacio y cambiando la estructura de los sedimentos”. Rebeca Martín Castilla, técnico de la Fundación Tormes-EB, preguntada por las amenazas que genera esta especie, manifiesta que “los estudios disponibles indican que esta especie puede desplazar a los bivalvos autóctonos, competir por el espacio y los recursos alimenticios de especies autóctonas, obstruir instalaciones o conductos hidráulicos”, insistiendo igualmente que “actualmente no hay datos ni información disponible para saber si estos efectos están ocurriendo en el Tormes”.
Sin embargo, como su presencia en aguas del Tormes sí está verificada es por lo que cada cierto tiempo, a través de voluntarios, se realizan muestreos en los que se recogen ejemplares vivos y muertos para conocer el estado, pero, sobre todo, también, la evolución de la población de esta especie.
Respecto a su asentamiento, Rebeca revela que su presencia en Salamanca “está dispersa en el tramo medio y bajo del Tormes”, señalando que “no hemos tenido oportunidad de realizar muestreos en otros cauces fluviales de la provincia”, por lo que no se descarta que la Almeja Asiática se haya extendido ya por otros ríos de la provincia salmantina.
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica muestran que las principales vías de entrada son la introducción accidental asociada a las embarcaciones y que los principales vectores de introducción, es decir los agentes que facilitan la entrada de esta especie exótica a un nuevo ecosistema, son aguas de lastre (larvas).
Por el momento, la Fundación Tormes-EB afirma que “no hay datos” y que tampoco hay “información suficiente” para hacer un informe que revele cuáles son las especies autóctonas del río Tormes que se han visto reducidas desde que se detectó la presencia de la Almeja Asiática en Salamanca. Lo que sí ratifican es que hay estudios que advierten de que este bivalvo puede suponer un peligro sanitario al contaminar aguas en momentos puntuales de elevada mortalidad por disminución de oxígeno, aunque reiteran que “no tenemos constancia de que haya sucedido”.
Son especies filtradoras y pueden acumular diversos contaminantes
Para conocer más a esta especie invasora, Rebeca declara que no hay grandes diferencias entre esta almeja y la de agua salada que es la que estamos más acostumbrados a ver, que está adaptada a vivir en zonas de baja salinidad y que es comestible en Asia, matizando que “eso no quiere decir en ningún caso que se deban consumir, ya que son especies filtradoras y pueden acumular diversos contaminantes”. En cuanto a la descripción de esta especie, desde el Ministerio informan que de que esta almeja tiene unos 2-3 centímetros de longitud y tiene forma ovalada, así como un color blanquecino amarillento con las valvas sin marcas que la permite distinguir de otras especies, pese a que es muy fácil confundirla con otras como P. ustulata, Mya arenaria y Cryptomya califórnica.
¿Cómo se controla su presencia?
Para poder emitir información de su estado y tener conocimiento de la evolución de esta especie es importante llevar a cabo un control de esta, que en el caso de Salamanca se realiza a través de muestreos de voluntarios. Rebeca, técnico de la Fundación Tormes-EB señala que “realizamos muestreos en diversos puntos del río Tormes con voluntarios con el fin de dar a conocer la problemática de las especies exóticas invasoras”, haciendo hincapié que “nuestro fin es el de recoger datos para conocer su presencia”, aunque reconoce que “existe muy poca información para poder ampliar los datos disponibles” y que sin esos datos “no se pueden obtener conclusiones”.
El objetivo del voluntariado no es la eliminación de la especie invasora, sino conocer su estado. Es fundamental evitar su introducción en los ecosistemas
El muestreo que realizan explica que es “por esfuerzo” con los voluntarios durante 20 minutos: “Consiste en cribar el fondo del río porque las almejas asiáticas se suelen enterrar en lechos arenosos, acumulando los ejemplares encontrados. Una vez terminado el cribado, los voluntarios hacen el conteo de los ejemplares clasificándolos por estado (vivos/muertos) y por tamaño. Así podemos obtener datos para conocer su presencia”. Respecto al objetivo de esta actividad asevera que “el objetivo del voluntariado no es la eliminación de la especie invasora, sino conocer su estado” y añade que “la eliminación de especies exóticas invasoras es muy compleja, por lo que es fundamental evitar su introducción en los ecosistemas”.
El pasado 20 de septiembre se llevó a cabo uno de esos muestreos en la ribera del río Tormes, cuyo balance, según advierte Rebeca, es “muy positivo”. Narra que “tanto los voluntarios participantes como la agencia municipal de voluntariado del ayuntamiento de Salamanca son estupendos” y que se trata de una actuación de ciencia ciudadana “muy eficaz para la sensibilización de la población sobre la problemática de las especies exóticas invasoras”. En cuanto a los resultados desgrana que se recogieron un total de 1.858 almejas, de las que 1.331 ejemplares estaban vivos y 527 muertos. Haciendo la comparación con el muestreo anterior se confirma el asentamiento de la especie en este tramo del cauce, aunque desde la Fundación son cautos indicando que “necesitamos más datos para obtener conclusiones sobre la evolución de la población”.
Por ahora, la opción viable que existe para seguir obteniendo datos de esta especie y poder llegar así a unas conclusiones es seguir realizando esta actividad de forma periódica para “conocer la evolución de la especie y dar a conocer la importancia de conservar nuestros ecosistemas”, concluye Rebeca.
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