Cinco años después del inicio de la pandemia de Covid-19, el sindicato CSIF denuncia que las agresiones a profesionales sanitarios en Castilla y León continúan en aumento, con más de 70 casos registrados en el último mes. La mayoría de estas agresiones son verbales y se han producido tanto en Atención Primaria como en hospitales de la región.
CSIF lamenta la "incapacidad de la administración para contener estas agresiones" y critica el retraso en la publicación de los datos oficiales del Observatorio de Agresiones de la Junta de Castilla y León correspondientes a 2024. El sindicato también señala que muchas agresiones no se denuncian debido a la complejidad de los trámites burocráticos y la falta de protección a los profesionales.
El sindicato ha proporcionado un desglose de las agresiones registradas en el último mes por provincias: Valladolid este 19 casos (3 médicos, 11 enfermeras, 1 TCAE, 4 celadores) y oeste 9 casos (2 médicos, una enfermera, 4 TCAE, 1 celador y 1 auxiliar administrativa); Zamora 10 casos (6 médicos y 4 enfermeras); León 9 casos (2 médicos, 4 enfermeras y 3 TCAE); Burgos 8 casos (7 médicos y 1 enfermera); Segovia 8 caso (2 médicos, 2 enfermeras, 1 TCAE y 3 celadores); Salamanca 6 casos (3 médicos, 1 enfermera y 2 TCAE); Ávila 3 casos; Palencia 1 caso (1 TCAE); y Soria 1 caso (1 médico de un centro de salud).
Ante esta situación, y coincidiendo con la celebración del Día Europeo contra las Agresiones a Profesionales Sanitarios el 12 de marzo, CSIF exige a la Junta de Castilla y León: una revisión del plan integral contra la violencia, acoso y agresiones en el ámbito de la Sanidad; un Protocolo Nacional Unificado de Agresiones, con directrices claras de prevención y actuación, en todo el Sistema Nacional de Salud; el despliegue del 'botón del pánico', un sistema de alerta rápido y eficaz; el reconocimiento legal de autoridad al profesional sanitario; la agilización de órdenes de alejamiento para proteger a los sanitarios agredidos; el refuerzo de la seguridad en los centros de salud y hospitales; el endurecimiento de las penas a los agresores; apoyo psicológico gratuito a las víctimas; formación en prevención y gestión de conflictos; la creación de un observatorio nacional de agresiones; y reforzar e incrementar las plantillas para normalizar y mejorar la calidad de la asistencia, para facilitar la reducción de listas de espera y distensionar la ansiedad de pacientes y familiares.
CSIF también resalta datos alarmantes a nivel nacional, como las 16.558 agresiones reconocidas por el Ministerio de Sanidad durante 2024, la cifra más alta desde 2017. El sindicato estima que el 50% de las agresiones no se comunican y que el 75% de las víctimas son mujeres. El 84% de las agresiones son verbales y un 16% son físicas. En cuanto a las profesiones más afectadas, el 33,19% de los profesionales agredidos son médicos, el 26,68% enfermeras, el 14,1% administrativos y el 4% celadores.
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