Diferenciar la ansiedad, clave para combatirla: “Una correcta educación en los colegios podría hacer que la gente tuviera herramientas para tratarla”
Sandra García, psicóloga palentina afincada en Salamanca, ha explicado una serie de diferencias dentro de esta patología que ayudaría a entender el por qué es importante estudiarse a sí mismo y los síntomas que se padecen
Son muchas las personas que a día de hoy reconocen lo qué es la ansiedad en uno mismo. Si bien antes también se padecía, se desconocían muchos de los síntomas que provocaba tener este trastorno, que, a la larga, se podría llegar a convertir en una enfermedad, si se padece de forma excesiva. Ante esto, surgen siempre muchas preguntas, por lo que es un ámbito que se estudia constantemente y más en una sociedad tan creciente y tan rápida, si se llega a comparar con 50 o 100 años atrás, siendo uno de los factores que podría haber incrementado ese estado ansioso.
Primero de todo, habría que entender que aquella persona que sufre un ataque de ansiedad, en cierto momento y sabiendo o sin saber por qué, no siempre tiene las herramientas necesarias para controlar la situación, por lo que la figura de un psicólogo o una psicóloga se puede llegar a hacer esencial en esos aspectos, aunque con muchos matices que veremos a continuación.
Además, cabe destacar que los síntomas son muchos, desde taquicardia, ataques de pánico, entumecimiento del cuerpo, incluso visión borrosa o quedarse totalmente paralizado. Además, más situaciones que podría haber incrementado tener ansiedad van desde una juventud cuyo futuro se ve difícil, o la pandemia en sí mismo, donde salió a flote, más que nunca, esa problemática.
Sandra García, psicóloga palentina donde encontró su hogar en la capital del Tormes, ha explicado a SALAMANCA24HORAS algunos puntos importantes para distinguir los diferentes tipos de ansiedad y así entender qué es lo que le puede llegar a pasar a una persona que pasa por una crisis, sea puntual en el tiempo o ampliada en el mismo, desde el primero de los ataques que pasa, y ojalá el último, hasta aquellas personas que los sufren en el día a día.
Hasta aquí, Sandra ha explicado que “dentro de una persona que tiene ansiedad y que está experimentando una emoción como tal, se podría llegar a distinguir entre ansiedad rasgo y ansiedad estado”. Dos conceptos en los que ha ahondado y que podrían dar una serie de referencias sobre lo que se podría llegar a hacer en casa una de las situaciones.
La joven lo explica de una manera muy sencilla. En la primera de ella “las personas que tienen una ansiedad rasgo tienden, por lo general, a actuar de una manera ansiosa”, mientras que en la ansiedad estado “el hombre o la mujer que la padece se encuentra, de una manera más puntual, ansiosa”. Dependiendo de cómo se prolongue esa sintomatología en el tiempo, se puede llegar a diferenciar entre una y otra, siendo importante distinguirlas para saber cómo poder tratarlas.
Si esa ansiedad está interfiriendo en tu vida, y en el día a día, es cuando hay que consultar con un profesional
Eso sí, la propia Sandra deja algo claro para los lectores que puedan tener dudas, y es que “la explicación no quiere decir que el que tenga una ansiedad rasgo es que vaya a ser ansiosa toda la vida, y que por supuesto eso no se pueda trabajar”, sino que existen herramientas adecuadas para ello y ahí, como es lógico, el papel de un psicólogo es clave.
Diferenciar entre ambas, como explicaba Sandra, es fundamental. Poniendo un ejemplo, si alguien tiene fobia a los insectos, sería algo más puntual, por lo que hablamos de una ansiedad estado, ya que inhabilita a la persona en ese momento o le crea una emoción negativa ante ese ser, pero no imposibilita su día a día.
En la ansiedad rasgo, puede llegar a actuar en diferentes aspectos. Asimismo, lo complicado del asunto llega en que, en ambas, muchas veces no hay diferencias, por lo que se puede llegar a saber qué es lo que se padece esa persona en función de síntomas vividos durante años anteriores.
Llegado a este punto, la psicóloga ha explicado que “si esa ansiedad está interfiriendo en tu vida, y en el día a día, es cuando hay que consultar con un profesional. Esa persona te va a dar una serie de herramientas para afrontar esas situaciones en un futuro, y tal vez en otras circunstancias”. Y es que lo que gira en torno a este trastorno, no es solo una serie de dificultades en el camino, sino que si imposibilita relacionarnos, llevar una vida normal o paralizarnos en muchas situaciones, existe un problema de raíz que, a pesar de no llegar a curarse, porque puede aparecer en cualquier momento, saber cómo actuar en uno y otro momento hace que todas esas complicaciones se hagan más sencillas.
Otro de los temas de los que siempre se habla en muchos ambientes, es si de verdad o no todo el mundo necesita un psicólogo. En la actualidad, la media ronda los 60 euros por sesión a través de profesionales privados, y es que, como se ha denunciado en más ocasiones, el sistema de salud pública no puede abarcar el poder tratar a todo aquel que lo necesite, lo que hace que los tiempos se alarguen y, por ende, el problema aumente. Ante esto, muchas personas intentan buscar los medios económicos, y un desembolso como tal no se puede dar en todas las situaciones.
Creo que no todo el mundo necesita un psicólogo, estaría genial, sí, pero yo apoyo mucho que en institutos y colegios se eduque en el bienestar
Ante la primera problemática planteada, que todo el mundo necesita un psicólogo, Sandra lo tiene claro: “Creo que no todo el mundo necesita un psicólogo, estaría genial, sí, pero yo apoyo mucho que en institutos y colegios se eduque en el bienestar y se haga psicoeducación, que aprendan lo que son las emociones y cómo tolerarlas y así eliminar esas emociones ‘malas’”.
Del mismo modo, también ha hecho hincapié en ese punto en cuestión, empezando por los escalones más bajos, por los colegios e institutos, y que con una buena educación en el ámbito se podría llegar a prevenir muchos de los problemas: ”A nivel clínico, si sabes afrontar tus problemas, no sería necesario ir al psicólogo. Una cosa es ir al psicólogo por terapia o por aprender herramientas para así entender cómo funcionamos las personas. Con la educación en los colegios, se intentaría prevenir que la gente tenga herramientas y que no tengan que encontrarse en una situación que les genere un malestar muy intenso”.
Ante una vida en la que se vive de manera muy intensa, casi sin pausas y, muchas veces, sin un rumbo del todo fijo, Sandra ha explicado que “es cierto que vivimos en una sociedad en la que vamos con prisas, nos bombardean con conceptos de que hay que estar super felices y que todo vale, que no hay que estar triste y que tu puedes con todo… son mensajes que pueden llegar a hacer daño porque hay que aprender a que sí va a haber situaciones en las que tienes que estar triste, que te vas a tener que enfadar, tener miedo o, como no, tener ansiedad”.
Para ello, ha puesto ejemplos para, en cierto modo, normalizar esas situaciones que se van a dar por el mero hecho de que la vida no es de color de rosas, no siempre se va a estar bien: “Si por ejemplo eres un alumno estudiando para un examen y no tienes un mínimo de ansiedad, no vas a estar activo. Otro ejemplo, si has tenido una pérdida de un ser querido, y no estás triste, pues igual el problema es que no se está procesando todo eso”. Al final, gestionar esas emociones son la parte importante de todo, teniendo en cuenta que la manera de gestionarlo, como no, sea asertiva y que no sea en detrimento de un tercero.
Cuando una ansiedad o cualquier situación que te genere malestar interfiere de manera significativa en tu vida, el psicólogo te va a enseñar qué funciones cumplen tus conductas
La ansiedad se puede dar en cualquier situación, como comentábamos, desde un examen, a una entrevista de trabajo o estar nervioso ante cualquier situación. Sandra, además, ha expuesto que “tenemos que tolerar y experimentar emociones, pero en cada situación todas las emociones van a cumplir una función mientras la intensidad sea moderada. Si hay un exceso, puede haber un problema. Al final, las personas en general intentamos solucionar de primeras los problemas, hay gente que tiende más a callarse o solucionarlo por ellos mismos, y otros que necesitan consultarlo”.
Saber cuando llega ese problema y saber cuándo acudir a un profesional de la psicología pasa pues por tener ese tipo de herramientas necesarias, ya que “cuando una ansiedad o cualquier situación que te genere malestar interfiere de manera significativa en tu vida, el psicólogo te va a enseñar qué funciones cumplen tus conductas”. Además, también ha dado con otro punto clave, con uno mismo, con nuestro ser interior: “Creo que está bien escucharnos, pero hay que tener cuidado, porque si somos personas que le damos muchas vueltas a las cosas, ya es algo malo, pero si eres una persona que evita pensar en ello, también es algo negativo”.
Para finalizar, Sandra también ha querido lanzar un mensaje para saber que no existe un mensaje unísono para toda esta temática, donde “siempre va a haber un 'depende' en psicología, siempre se va a hablar de que, dependiendo de la persona, es cuando entran los profesionales. Son ellos los que estudian esas conductas y los que te enseñan cómo hacerse cargo de esas conductas”.
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