El estigma vinculado al VIH-Sida se apuntala en múltiples factores, comenzando con el propio desconocimiento de la enfermedad; los conceptos erróneos sobre cómo se transmite, la falta de acceso a tratamiento o los prejuicios y temores relacionados con diversas cuestiones socialmente delicadas, como la sexualidad, la enfermedad y la muerte, así como el consumo de drogas.
Muchas personas son discriminadas no sólo por tener la infección, sino porque se les presuponen prácticas de riego que durante años no se han considerado “adecuadas”. De esta manera, surgen la homofobia y la transfobia como una forma de violencia y discriminación que fomenta un ambiente inseguro para estas personas, y que las aleja de los servicios de salud preventivos y de atención establecidos. Vincular a la población homosexual, bisexual y transexual con el VIH/SIDA provoca más discriminación.
En resumen, las actitudes discriminatorias producen efectos tales como el miedo al aislamiento social, que aleja a las personas discriminadas de los servicios sanitarios para realizarse, incluso, una prueba de detección del VIH. Limitación de las relaciones interpersonales y miedo al rechazo social y laboral.
El caso salmantino de 1987
El estigma que genera en la sociedad el VIH viene de lejos. Desgraciadamente, desde el surgimiento de la enfermedad en occidente. En julio de 1987, Salamanca fue noticia a nivel nacional cuando trascendió que una niña de seis meses de edad había sido abandonada por su madre en el Hospital Clínico debido a que era portadora de anticuerpos del VIH.
"La madre, prostituta y drogadicta, la abandonó en enero después de dar a luz en el Hospital Clínico y la pequeña permanece a la espera de que la autoridad judicial determine su destino. Este es uno de los dos casos de mujeres embarazadas afectadas por el SIDA atendidas en el centro hospitalario", publicó El País.
La información de El Adelanto del 21 de julio de 1987 afirmaba, por su parte, que la presencia del sida en la niña abandonada "no inquieta" al Hospital Clínico, aunque hablaba de que se estaba tratando de resolver este "problema social". El desconocimiento sobre la enfermedad para la opinión pública era mucho mayor que el de la actualidad.
"El director médico del Hospital Clínico, Ramón Querol, considera que la presencia del virus del sida, VIH, en el cuerpo de la criatura no significa necesariamente que, al hacerse adulta, vaya a seguir afectada por la enfermedad", recogía El Adelanto.
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