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Educación inclusiva de la mano de la Declaración de Salamanca

Como las conclusiones adoptadas en la capital charra, el Centro Concertado de Educación Especial creado por Asprodes surgía en 1994.

Asprodes Los Tilos

Creado el mismo año que la Declaración de Salamanca dePrincipios y Prácticas para las Necesidades Educativas Especiales y la Educación Inclusiva, el CentroConcertado de Educación Especial de Asprodes ha pasado por diversas sedes hasta ubicarse en el antiguo Colegio Público de Educación Infantil Los Tilos. En todas las ubicaciones, el objetivo ha sido el mismo:impartir enseñanzas postobligatorias de Transición a la Vida Adulta.

En Los Tilos se encuentran 28 alumnos de entre 16 y 21 años connecesidades especiales, recogiendo el trabajo realizado en anteriores etapasformativas. “Hemos avanzado mucho. La Declaración de Salamanca incide en laeducación ordinaria, mientras que nosotros nos encargamos de la parteinclusiva. Lo estamos haciendo bien y vamos por el buen camino”, señala aSALAMANCA24HORAS María Serrano, directora del Centro Concertado de EducaciónEspecial Los Tilos.

La metodología de trabajo que se desarrolla en este lugar enel que trabajan 14 empleados más personal de apoyo en comedores y recreos sebasa en cumplir lo expuesto en la Declaración de Salamanca y en adaptarla a losnuevos tiempos. “Intentamos innovar promoviendo entornos inclusivos. Por eso, colaboramos con colegios einstitutos que permitan establecer esos puentes de conexión. Es más importanteestar fuera de las cuatro paredes del recinto que dentro”, indica Serrano paraexplicar que la inclusión se logra en espacios abiertos a la participación detodos.

Aunque sus necesidades son distintas que las de los centrosordinarios, la directora del Centro Concertado de Educación Especial Los Tilos considera que los modelos educativos existentes en el Cataluña o en el PaísVasco van por delante porque empezaron a desarrollarse antes: “Los recursos conlos que contamos son los que la normativa marca para estos espacios. Tenemospersonal altamente cualificado y experto. Estamos a favor de la inclusión yentendemos que es un camino largo y nada sencillo. No depende de que mañana senos ocurra un cambio y se haga. Tiene que existir una transformación educativa”.

María Serrano entiende las reivindicaciones de la escuelaordinaria, pues es distinta a la especial. “Hay claras diferencias. Nuestrasratios por alumno son más pequeñas. Los estudiantes de este centro han estadoescolarizados de forma ordinaria y es un poco chocante que la educación lessaque hacia centros especiales en vez de apostar por la inclusión”, expresa.

Por todo ello, Serrano opina que quedan retos por afrontarpara cumplir con lo expuesto en la Declaración de Salamanca: “Si de veras laescuela ordinaria fuese inclusiva, nosotros estaríamos allí prestando apoyos apersonas con certificado de discapacidad y a cualquiera que lo precisara. Peromientras esto siga así, tendremos una barrera que nuestros alumnos no podránsuperar”.

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