“Educamos en el miedo. Asocian tener VIH con el estereotipo de los 90 de gente muriéndose de sida, pero no es la realidad de hoy”

Oliver Marcos, educador de pares en el Comité Antisida de Salamanca, deshace mitos e invita a visibilizar la infección para terminar con el enorme estigma que la rodea

Oliver Marcos, educador sexual en el Comité Antisida de Salamanca
Oliver Marcos, educador sexual en el Comité Antisida de Salamanca

El diagnóstico reactivo en VIH cae como un jarro de agua fría sobre los que reciben la noticia. “Traumático y preguntándose si morirán pronto” es la reacción durante los primeros minutos. Oliver Marcos lo sabe bien. El joven, de 28 años, es educador sexual en el Comité Antisida de Salamanca, donde también realiza pruebas rápidas de VIH. Acostumbrado a las respuestas ante el positivo, Oliver está convencido de que se deben a la falta de conocimiento y la “educación en el miedo” que recibimos. “Asocian tener VIH con el estereotipo de los 90 de gente muriéndose de sida, pero no es la realidad de hoy”, expone.

Además de educador sexual, Oliver es educador de pares en la Asociación, es decir, acompaña a personas diagnosticadas con VIH recientemente siendo él también portador. Porque sí, Oliver es portador de la infección desde 2018, cuando se lo diagnosticaron. Y sí, lleva una vida completamente común, con pareja, familia, amigos y trabajo, que es la imagen que pretende mostrar para gritar a la sociedad que tener VIH no significa ningún fin. Por eso, cuando alguien a quien acaban de diagnosticar la presencia de la infección entra en “pánico”, Oliver se encarga de dejar claro algo: hay tratamiento. Siguiendo el proceso médico, en resumidas cuentas, la infección en portadores llega a ser indetectable y por tanto intransmisible y, además, “no significa que tengan mayores problemas de salud que una persona sin VIH”. 

Al igual que ocurre lamentablemente con la gran mayoría de la población, cuando Oliver fue diagnosticado positivo no se había sometido nunca a una prueba rápida porque consideraba que “eso no iba con él”. En su caso, reconoce, tenía una “homofobia muy interiorizada”. “Si yo estoy rechazando que soy un hombre que tiene sexo con otros hombres, no puedo aceptar el VIH en mi vida y por tanto no existía”, afirma. Así, relata que cuando le comunicaron el positivo se enfrentó a otro “armario” completamente nuevo: “Siendo un chico gay me había pasado muchos años dentro del armario y cuando ya salí de él de repente volví a caer en otro totalmente diferente pero en el que la situación de asfixia era la misma”. Esto es justo a lo que, como humanidad, debemos hacer frente a través de la educación sexual, en primer lugar para evitarlo al igual que otras enfermedades de transmisión sexual.

Oliver explica que es necesario educar a la parte de la población que discrimina de manera inconsciente, porque también están aquellos “casos perdidos” que discriminan a cualquier colectivo conscientemente. Ya sea a través de campañas, redes sociales o charlas en centros educativos, está claro que tanto el VIH como la sexualidad en general todavía debe tratarse más y mejor.

Uno de los problemas que enfrenta el Comité cuando organizan actividades es la falta de recursos humanos. Aquí vuelve a entrar en juego el estigma que rodea a la infección. “Mucha gente no quiere participar porque tiene miedo de que por hacer una actividad con el Comité Antisida de Salamanca piensen que tiene VIH”, ejemplifica. El estigma en este caso se convierte en vergüenza y miedo a que, de nuevo, se relacione el VIH con “lo socialmente incómodo", ya que históricamente está relacionado con lo "considerado no correcto". Sin embargo, según quiere hacer ver Oliver, "la infección está en nuestras clases, trabajo o incluso familia".

Profilaxis post exposición

Hace varios meses unos audios de WhatsApp recorrieron los móviles de miles de jóvenes en Salamanca. En ellos advertían de la presencia de una persona con VIH en las discotecas que iba pinchando con una aguja que previamente había introducido en su piel. Peliculero y, como era de esperar, nada real, pero de este cuento también sacó una parte buena Oliver y es que hablaban de la profilaxis post exposición.

La escasa educación sexual, de nuevo, hace que seguramente la mayoría de los que llegaron hasta aquí en este artículo tampoco hayan escuchado hablar nunca de ello. La profilaxis post exposición no es más que un método preventivo del VIH que se puede tomar en las primeras 72 horas después de haber tenido algún riesgo. “Es un antirretroviral que hace que si has tenido contacto con el virus, éste no se instale dentro de tu organismo”, explica Oliver, “y es algo que no está visibilizado”. De hecho, comenta, hay personas que acuden a su centro de atención primaria y allí se topan con el desconocimiento sobre este tratamiento por parte del personal.

Por último, pero no menos importante, Oliver y en general todo el Comité Antisida de Salamanca recuerda que las puertas están abiertas. La sede, que ocupa el local 4, se encuentra en la plaza de San Vicente y está a disposición de quien así lo quiera. Allí, recuerda Oliver, todas las dudas, pruebas y conversaciones permanecen en el anonimato y no se recoge ningún tipo de dato.

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