Esta semana queremos adentrarnos en un excelente libro, a través del que conseguiremos descodificar las claves de nuestras propias emociones. Ana Moyano es la autora de ‘Emoción-Arte. Domina tus emociones y transforma tu vida’, que bajo el prestigioso sello de Editorial Odeón, nos ofrece una obra de consulta, una necesaria guía escrita con calidad y garantía de éxito. Con su autora he podido charlar hace tan solo unos días al calor de un café.

¿Son las emociones las que tejen el entramado de nuestras vidas?

Evidentemente las emociones juegan un papel crucial a la hora de forjar el entramado de nuestras vidas, si bien no están solas. Los eventos que nos acompañan, nuestras formas de concebir la vida, nuestras creencias… son también piezas de un mismo puzle. Está claro que las emociones son potentes motores de nuestras formas de vida, pero tomémoslos en conjunto, consideremos también el resto de aspectos para construir una vida plena y llena de sentido.

¿Verdaderamente estamos preparados para identificar nuestros sentimientos de forma efectiva?

A ver, desde mi perspectiva profesional me gustaría señalar que, en realidad, está habiendo un avance teórico en este sentido, es decir, cada vez más en colegios y otras instituciones, se valoran y trabajan las emociones, sin embargo, a pesar de ello, continuamos teniendo problemas a la hora de ponerlo en práctica, no estamos siendo capaces de extrapolar la teoría que aprendemos a nuestro día a día, a nuestra forma de ser, a nuestra forma de sentir. Aún nos cuesta distinguir las distintas emociones y, sobre todo, lo que es más importante, nos cuesta manejarlas, controlarlas, aceptarlas…

Una vez logramos identificarlos, ¿Cuál sería la forma correcta para actuar?

Una vez “etiquetada” la emoción de forma correcta, lo primero que deberíamos hacer es ACEPTARLA. Nos sorprendería saber el número de veces en las que somos incapaces de aceptar una determinada emoción, por poner un ejemplo te diré, ante una pérdida emocional (ruptura de pareja, pérdida de un trabajo…) cuántas veces nos dicen, e incluso nos decimos, no llores, no pasa nada, no te preocupes, no te pongas así, sé fuerte… y un sinfín de “consejos bienintencionados” que lo único que buscan al final es la “negación” de la emoción, una emoción que resulta natural y necesaria para la gestión adecuada del conflicto. Una vez aceptada dicha emoción debemos conocerla mejor, a ella y a los elementos que la rodean, pensamientos, acciones, contextos…. Por último, tras los pasos previos debemos actuar, poner en marcha distintas estrategias de resolución, medidas a tomar para continuar con nuestras vidas de la manera más reforzada posible.

¿La crisis emocional está implícita al ser humano? ¿Superarla es tarea para Titanes?

A la primera pregunta te responderé de manera rotunda, SÍ. Una crisis no es, ni más ni menos, que una ruptura con la realidad que vivíamos hasta el momento, y la vida está repleta de roturas y cambios, están a la orden del día, desde el mismo momento de nuestro nacimiento. Una crisis emocional implicaría una ruptura en las emociones que venimos experimentando, para bien o para mal.

En nuestra sociedad las crisis se viven de una manera negativa, sin embargo, sobre todo en lo que se refiere al ámbito de las emociones, las crisis nos pueden ayudar a crecer, a evolucionar, a superar obstáculos, pueden constituirse como motor de nuestras vidas, es por ello que, el hecho de que vayan inevitablemente ligadas al ser humano, es un beneficio para nuestra especie y nos permite desarrollarnos exponencialmente. Respecto a la segunda parte de la pregunta, la respuesta no resulta tan rotunda, porque como dice la canción “depende”.

Depende de nuestra actitud, de nuestra destreza a la hora de manejar las emociones, de la magnitud de la crisis en cuestión, de los soportes sociales con los que contemos, de los recursos… En cada ocasión emprenderemos una lucha determinada y concreta, de la que saldremos antes o después dependiendo de diversos factores, de aquí la importancia de aprender a identificar, conocer y manejar las emociones, propias y extrañas, así todo será mucho más sencillo.

¿Somos consecuencia de nuestras emociones, o ellas lo son de aquello que somos?

Pregunta compleja. Quizá la respuesta más correcta sea “ambas cosas”. Nuestra existencia se supedita en ocasiones a lo que sentimos, a nuestras emociones y la forma de vivirlas, pero también reaccionamos de una u otra manera a las emociones o, sentimos una emoción u otra, según seamos, según nuestros valores, creencias, cultura… aquí radica la importancia de conocernos y conocer el mundo emocional que nos rodea, el propio y el ajeno. Es crucial saber qué y cómo sentimos, qué y cómo se siente.

¿ES tu libro “EMOCIÓN-arte”, una obra especialmente escrita para…?

AYUDAR, ayudar a simplificar el mundo de las emociones. Tratar de llegar a ellas de manera práctica y sencilla para, de alguna forma, colaborar con el bienestar de la sociedad que nos rodea, ya que, a mi modo de ver, estamos aquí para eso, para ayudarnos unos a otros, para forjar una sociedad unida, hermanada y capaz de vivir en armonía.

¿Qué es tener una vida plena?

No hay una única respuesta a esta cuestión. Lo que para mi sería una vida plena, posiblemente para otro no lo sea, sin embargo, uso en multitud de ocasiones esa expresión como símbolo de felicidad, de consecución de los logros perseguidos a lo largo de una vida, sean cuales sean, no soy quién para juzgar los sueños de alguien, es más, creo firmemente que cada individuo debe tener sus propias metas, todas son adecuadas siempre que sean autoimpuestas.

Por dibujar algo más el concepto por el que me preguntas te diré, poniendo un sencillo ejemplo práctico que, para mí, tener una vida plena es una sensación semejante a la que se puede experimentar después de un duro día de trabajo en el que has logrado resolver ese reto que se te planteaba al inicio de semana, llegas a casa y todo está bien, logras abarcar todo lo que te planteaste al inicio del día y, a la postre, te sientes con energías para continuar y organizas una fantástica cena con amigos que sale de lujo.

Ese cúmulo de logros podría acercarse de manera sutil a la sensación de plenitud, es cierto que cuando hablamos de plenitud de vida, nos referimos a algo superior, menos pragmático, sin embargo, la PLENITUD con mayúsculas se logra con la suma y multiplicación de pequeñas situaciones en las que te sientes altamente satisfecho, en las que te sientes pleno, crees que no necesitas nada más, crees que todo es posible, que todo es simple y llanamente, perfecto.

¿Existe una fórmula para cumplir nuestros sueños?

Pues, aunque no se trate de una fórmula matemática, creo que sí, sí que existe. Está claro que, en primer lugar, para lograr un sueño éste debe de ser, en cierta forma, alcanzable, de otra manera, pasaría a ser una utopía. Es verdad que, en ocasiones, por definición, tendemos a afirmar que un sueño es algo irreal, algo que no podemos alcanzar, sin embargo, a mi me gusta diferenciar entre sueño y utopía.

El primero sería algo que, aunque complejo, con esfuerzo, actitud y las acciones adecuadas, puede llegar a hacerse efectivo, mientras que el segundo implica una imposibilidad en su ejecución por cualquier aspecto relevante o no. Para terminar, me gustaría decir que hay un ingrediente fundamental en nuestro guiso emocional con el que podremos, apoyado de otros aspectos, hacer realidad cualquier sueño, este ingrediente es, ni más ni menos, que el conocimiento personal y la seguridad en uno mismo, la certeza de que somos lo mejor que tenemos y que valemos oro, desde este supuesto, todo empieza a tornarse posible.

Nuestra vida es el resultado de una transformación continua. ¿Es esta una afirmación acertada?

Por supuesto, vamos evolucionando de manera constante y continua desde el inicio de los tiempos, jamás dejamos de evolucionar, es una carrera de fondo en la que elegimos caminos diversos de manera continuada, cada día tomamos decisiones que determinan el resto de nuestra vida, si bien, en más ocasiones de las deseables, no somos conscientes de ello. Nuestra vida se va transformando diariamente en multitud de aspectos, desde el plano físico al emocional.

Entramos en una librería y vemos “EMOCIÓN-arte. ¿Por qué debemos hacernos con él?

Fundamentalmente porque, tal y como hemos estado hablando a lo largo de toda la entrevista, no siempre sabemos qué hacer con lo que nos sucede. EMOCIÓN-arte pretende ser una obra de consulta y enriquecimiento personal en la que apoyar el desarrollo individual hacia el logro emocional en nuestro día a día, una sencilla herramienta basada en la práctica que nos ayude a lograr todo aquello que nos proponemos en el ámbito de las emociones.

La vida es corta y pasa rápido, no debemos desaprovechar ni un instante, es por ello que me decidí a escribir sobre este tema, ya que, bien manejadas, nuestras propias emociones pueden impulsarnos a vivir mejor, a superar problemas que en otro momento de nuestra vida nos podrían parecer insuperables, en definitiva, pueden suponer el motor de nuestra existencia. He tratado de poner al servicio de todo aquel que quiera acercarse a él, un cúmulo de experiencias, propias y ajenas, entorno al mundo emocional para tratar así, de ayudarnos unos a otros de manera sencilla y positiva.

Las experiencias de otros pueden ayudarnos a vivir nuestra propia vida, saber que lo que nos sucede es normal, cómo abordarlo, lograr superar momentos vitales duros… en definitiva, afrontar la vida tal cual nos llega y “echar para adelante” es a lo que pretende ayudar este libro, una pequeña o gran aportación dependiendo del punto de vista del que se mire.

Gracias por compartir parte de tu tiempo con nosotros.

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