Empleados de la residencia de mayores ‘Colisée La Vega’, multada con 30.000 euros, denuncian que la falta de personal y materiales les impide realizar bien su trabajo

A pesar de los esfuerzos de los trabajadores, la falta de personal y no reponer material ha convertido en un caos durante años este centro de atención geriátrica

Coliseé La Vega. Foto de Google.
Coliseé La Vega. Foto de Google.

El pasado viernes, 16 de mayo, se conocía la multa de 30.000 euros que había puesto la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León a ‘Colisée La Vega’, residencia de ancianos situada en la avenida Padre Ignacio Ellacuría, por una infracción muy grave que afectaba a la salud de los residentes.

Por este motivo, SALAMANCA24HORAS, a través de trabajadores y sindicatos ha querido conocer de primera mano que ha ocurrido durante todo este tiempo y así saber el por qué de una sanción a uno de los lugares en los que, lógicamente, se tendría que prestar una asistencia de calidad.

En conversaciones con trabajadores del centro, se han dado una serie de circunstancias que han ido agotando con el tiempo la salud física y mental de los mismos, entre ellas, la falta de personal existente en la actualidad que provoca una sobrecarga laboral en los empleados que lleva a “no dar abasto”, a pesar de que aman su trabajo y pretenden realizar todas las labores de la manera más excelsa posible.

Algunos de ellos han llegado a indicar que “hacemos esto público porque queremos que este tema se solucione ya que llevamos detrás de todo esto desde hace mucho tiempo”. Además, han añadido que “somos personas muy responsables, pero existe una mala praxis por parte de los de arriba donde no se repone personal, sea el que está de baja laboral o de vacaciones”.

Ante esta última situación han indicado un ejemplo muy claro, en el que sí están tres personas realizando el trabajo que se realizaría de forma cotidiana “en el momento que alguien se va por cualquier motivo y no se repone crea un desbarajuste muy difícil de sostener”.

De este modo, y como han indicado a este medio: “Esta falta de trabajadores hace que no podamos cumplir correctamente nuestras obligaciones a pesar de que queremos”, algo que, además “ocurre en todos los departamentos en los que trabajamos aquí”.

Por otro lado, también han destacado la “dificultad de trabajar con falta de materiales". Si pedimos que se reponga algo porque se ha estropeado, o no se repone o se tarda mucho tiempo”. Uno de los ejemplos ha sido el ascensor, que tras haberse estropeado “han tardado una semana en arreglarlo. Era el del personal, así que imagínate lo que es tener que subir y bajar todo, desde almacén, cocina o lavandería hasta cualquier tipo de objeto”.

Asimismo, han querido exponer que “todos los materiales están muy viejos y es normal que se rompan si no se compran otros nuevos”. En pro de la salud de los abuelos, “uno de los fines primeros por lo que trabajo aquí”, han podido decir que “al menos ellos si puede utilizar el ascensor porque hay otro, pero… ¿si se rompe?”.

Si algo tiene una residencia de ancianos, es que los familiares que optan por esta opción lo hacen para que una empresa, en este caso La Saleta Care, S.L, realice las funciones que no pueden hacer en casa.

Ante esto, han expuesto que “hay compañeros que han ido a duchar a alguno de los ‘abuelitos’ que está aquí y se han encontrado con que no hay toallas. En las sábanas, lo mismo, y al final nos dicen que no hay por lo que para trabajar se hace imposible”.

Una situación complicada para las personas que se encuentran en el lugar, tanto empleados como residentes, que han visto cómo, a pesar de que “se hace todo lo que se puede, no podemos llegar a dar esa asistencia de calidad porque no nos dejan”.

Como en todo ambiente laboral, es inevitable llevarse cierto pensamientos para casa, pero cuando no puedes desempeñar tu labor por la falta de materiales, la situación se agrava, lo que ha hecho “que muchas personas se pidan la baja voluntaria o se vayan para casa muy fastidiados por no haber podido hacer más”, recalcando que “en todo momento damos lo máximo”.

A pesar de que la denuncia se tramitó en 2023, hasta que no ha aparecido en los medios de comunicación muchos trabajadores no conocían que estaba ocurriendo, indicando el personal del centro durante este tiempo que “todo está bien”. Asimismo, esta noticia no ha gustado a muchas familias que se han puesto en contacto con este medio para indicar que “por eso y más saqué a mis padres del centro”, explicando otro que “ahí estuvo mi madre hace 8 años y desde luego el resultado no pudo ser peor”.

También han hecho hincapié en la propia multa, que para muchos es irrisoria: “Aquí hay gente que paga miles de euros al mes para que les multen con 18.000 euros. Eso para un fondo de inversión es calderilla. Deberían mirar el dineral que se meten para después sancionar”.

Por último, y quizá uno de los puntos más graves, trata de las inspecciones de trabajo, donde se avisa previamente a todo el personal para que preparen todo adecuadamente y que sea una evaluación satisfactoria, hasta que en 2023, con una denuncia, han conseguido que la empresa llegue a pagar 18.000 euros de los 30.000 que pidió la Gerencia de Servicios Sociales por la reducción del 40 por ciento. 

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