“Nos vamos a tener que acostumbrar a ver brotes infecciosos cada vez más recurrentes, muchos de ellos de origen zoonótico”. Así lo ha manifestado Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca. Y es que, la crisis sanitaria por el SARS-COV2 y los brotes registrados últimamente por la viruela del mono, han puesto de manifiesto ante la sociedad la amenaza que representan las zoonosis para el ser humano.
Este 6 de julio se celebra el Día Mundial de las Zoonosis, que figuran un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas actuales. Tal y como apunta Rivas, “en las últimas décadas, la mayoría de las dolencias nuevas que nos afectan son de origen zoonótico. Estamos hablando de alrededor del 75%”. Pero, ¿a qué se debe esta situación? El experto explica que “actualmente hay una mayor interacción con los animales y esto facilita que aumenten las probabilidades de transmisión de enfermedades”. Sin embargo, expone que hay múltiples causas que crean una situación ideal para que aparezcan nuevas zoonosis. “La principal, el cambio climático”, asegura.
“El cambio climático está haciendo que las temperaturas del planeta cambien y que algunos vectores que pueden transmitir enfermedades, como por ejemplo los mosquitos o las garrapatas, se adapten a zonas donde antes no podían sobrevivir por los duros inviernos”, afirma el microbiólogo, quien, a su vez, alerta del aumento que se ha producido de la enfermedad de Lyme en España, Europa y Estados Unidos. En este sentido, apunta que la población debe estar en alerta ante posibles nuevos brotes infecciosos: “Parecía que Europa estaba protegida de enfermedades como el Zika, el Dengue o el Chikunguya, pero hoy en día sabemos que tenemos vectores que las pueden transmitir, como es el caso del mosquito tigre que se ha instalado en muchas partes de Europa ya”.
"Los animales sangran, se orinan y se defecan unos encima de otros en los mercados de animales. Así estamos forzando el intercambio de patógenos"
Otros de los motivos que favorecen la aparición de nuevas zoonosis Rivas indica que pueden ser la urbanización descontrolada, el aumento poblacional, la deforestación y la eliminación de los hábitats: “Muchos microorganismos que todavía desconocemos están circulando entre animales y gran cantidad de ellos estimamos que pueden ser patógenos humanos. Si nosotros eliminamos un hábitat o extinguimos una especie, aumentan las probabilidades de que ese microorganismo tienda a saltar a otra especie para buscar la supervivencia y nosotros somos candidatos. Es fundamental la destrucción del hábitat, el cambio del uso del suelo, la modificación de los ecosistemas y la globalización”, añade el microbiólogo. Sobre esta última el experto refleja que “los virus no entienden de fronteras. La conectividad que tenemos actualmente facilita la aparición de los brotes infecciosos en diferentes partes del planeta. Lo que hoy está en Australia pasado mañana puede estar en Europa a través del transporte internacional, del comercio. Las fronteras son porosas para los microorganismos, no podemos contenerlos”.
Por otro lado, se encuentra el mercado ilegal de animales, un problema más sumado a los mencionados anteriormente: “En un ecosistema natural, la riqueza de especies es alta y el encuentro entre los animales no es fácil, lo que disminuye la probabilidad de transmisión de patógenos. Sin embargo, en un mercado de animales vivos tenemos un montón de ellos que comparten un mismo espacio, una misma jaula, insalubre, antinatural, donde se ponen en contacto tanto los ectoparásitos como los endoparásitos. En este escenario, los animales sangran, se orinan y se defecan unos encima de otros. Así estamos forzando el intercambio de patógenos”.
"Lo esperable es que en las próximas semanas los casos de viruela del mono disminuyan y que se pueda controlar a nivel global"
Ante los posibles futuros brotes infecciosos, Raúl Rivas expone que "es fundamental la prevención y poner las medidas necesarias de vigilancia". El mismo explica que actualmente se aboga hacia la estrategia ‘One Health’, en la que "no solo podemos acometer la salud humana desde un punto de vista individual, sino que hay que verlo todo en conjunto. La salud humana va unida a la salud animal y al bienestar ambiental, está todo relacionado. No podemos intentar poner soluciones a una de ellas sin tener en cuenta las otras dos. Hacía ahí, en teoría es hacia donde deberíamos de tender la hoja de ruta para el 2030. Hasta entonces, tenemos la necesidad de progresar en este concepto, diseñar, programar, aplicar políticas, leyes, investigar en el sector y colaborar. Todo ello ayudará a mejorar la salud pública y a estar prevenidos ante un posible nuevo brote infeccioso, que la mayoría de las veces son impredecibles".
Dos meses se han cumplido desde la alerta emitida por el brote de viruela del mono, que sigue en expansión. En este punto, Raúl Rivas, explica que, en principio, "es una enfermedad que no tiene nada que ver con el SARS-COV 2. Este es un virus que conocemos, que causa síntomas aparentes. Tiene una serie de características que hace que sea más fácil de controlar los brotes". No obstante, el microbiólogo apunta que "lo esperable es que en las próximas semanas los casos disminuyan y que se pueda controlar a nivel global. Nos hemos encontrado con un ‘hándicap’ importante para controlar la situación, que es la falta información de las personas afectadas. Este brote no es casual, pero sí que está afectado, circunstancialmente, a un grupo muy concreto de la población y se está transmitiendo por unas prácticas muy concretas. En la mayoría de los casos en España son hombres jóvenes que tienen sexo con otros".
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