Así era el convento de San Antonio El Real, la "suntuosísima" construcción no exenta de polémica que fue reconvertida en una famosa tienda

En la plaza del Liceo se erigía un majestuoso edificio que empezó a proyectarse en el siglo XVIII tras la controvertida adquisición de varias viviendas de la zona

Interior de la tienda que ocupa actualmente el que fuera el hospicio-convento de San Antonio El Real
Interior de la tienda que ocupa actualmente el que fuera el hospicio-convento de San Antonio El Real

Pocos comercios pueden presumir de estar integrados en un auténtico monumento, en un Bien de Interés Cultural, como la famosa tienda de ropa situada en la plaza del Liceo. Son muchos los salmantinos y turistas que han atravesado sus puertas y que, al instante, han quedado embelesados por la belleza del interior del edificio. La mayoría, no obstante, desconoce que la construcción en la que se integra corresponde a parte del que fuera el hospicio-convento de San Antonio El Real. Nieves Ruipérez Almajano, profesora Titular de la Universidad de Salamanca, se ha propuesto rescatarlo del olvido a través de un libro del que nos hacemos eco en este reportaje. 

Historia del convento de San Antonio El Real 

Los frasciscanos de la Provincia de San Miguel adquirieron las casas principales del mayorazgo de los Amayuelas en la calle de Herreros (actual tramo de la calle Toro que conecta el Liceo con la Plaza Mayor) a principios del siglo XVIII para construir un hospicio. "Desconocemos con exactitud cuándo y dónde se formalizó la compra, pero antes de finalizar 1733 los religiosos se habían instalado ya en la casa antigua y habían fundado formalmente el hospicio-enfermería bajo la advocación de San Antonio de Padua", señala Nieves Ruipérez Almajano en el libro 'Rescatando del olvido. El hospicio-convento de San Antonio el Real de Salamanca'. 

La construcción no estuvo exenta de polémica por las muchas viviendas que habían adquirido los frailes, así como por el procedimiento utilizado para conseguirlas, "dejando otras en medio con el fin preciso de comprarlas la nueva fundación y unirlas todas con la obra, con lo que va despoblando de su vecindad a la parroquia de Santa Eulalia, causando graves molestias a mis vasallos en pleitos que movieron para despojarlos de sus casas", según declaraciones de la época recogidas por la profesora de la Universidad de Salamanca en su trabajo.

Plano del terreno sobre el que se asentaba la construcción. Junta de Castilla y León
Plano del terreno sobre el que se asentaba la construcción. Junta de Castilla y León

El punto de partida del hospicio-convento de San Antonio El Real hay que situarlo en el año 1735, cuando se comenzó a sacar piedra en las Peñuelas de San Blas para los cimientos. Esta era tosca y más resistente que la de Villamayor. Al año, los franciscanos adquirieron permiso para utilizar una nueva cantera, la que se situaba cerca del pozo de la nieve que había en el Teso de la Feria. "Frente a lo que se pensaba, el ritmo de trabajo en estos primeros años debió de ser intenso, con las interrupciones habituales en los periodos más crudos del invierno o las impuestas en algunos momentos por los superiores, que asimismo ordenaron modificaciones en el proyecto original como consecuencia de las denuncias", continúa relatando Nieves Ruipérez Almajano. 

En 1737, la construcción empezó a emerger, dando muestras de su futura envergadura. "Suntuosísima", "magnífica", "primorosa", "muy grande y costosa" eran algunos de los calificativos que arrancaba a los testigos preguntados en la época. Pese a la fuerte oposición que suscitó la edificación entre otras ramas franciscanas que desconfiaban de que la Provincia de San Miguel erigiese solo un hospicio, esta disfrutó en todo momento del apoyo incondicional del rey Felipe V y pudo sacar adelante la obra, proyectada y dirigida por fray Francisco de la Visitación

El 'religioso lego' de la propia Provincia de San Miguel pudo aplicar sus ideas con gran libertad. Además de ser un arquitecto con formación práctica, poseía una importante base matemática y tuvo un especial interés por experimentar con soluciones constructivas oblicuas. Proyectó la construcción de la cabecera, del crucero, de gran parte de la nave, de la sacristía y de una capilla del hospicio-convento de San Antonio El Real. Todas estas estancias ya estaban concluidas en 1745. Casi diez años después, en 1756, Jerónimo García de Quiñones tomó el relevo de fray Francisco de la Visitación para la edificación del claustro (actual Teatro Liceo). La iglesia nunca llegó a concluirse. 

La antigua iglesia, la parte mejor conservada

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Interior de la tienda que ocupa actualmente el que fuera el hospicio-convento de San Antonio El Real

La parte más importante conservada del que fuera el hospicio-convento de San Antonio El Real "se corresponde con la capilla mayor, crucero, nave y muros perimetrales con restos de las capillas colaterales. En los muros conservados destaca un entablamento cuyo friso se decora con rosetas y una cornisa muy saliente sobre mútulos, sostenido todo por pilastras estriadas con capiteles corintios. Todo el espacio se cubría con bóvedas de medio cañón con lunetos con profusas decoraciones, excepto el crucero, en el que se levantaba la cúpula octogonal sin trasdosar; en el intradós luce decoraciones radiales con franjas pétreas; tiene la peculiaridad de abrir ventanas en las pechinas, lo cual repercutiría favorablemente en la iluminación del crucero", subraya el autor José Ramón Nieto González. 

Por otro lado, para que se reconociese la real protección con la que contaban los franciscanos, se ordenó "poner en las puertas y demás partes públicas de la iglesia y convento los escudos de armas" del rey Felipe V. Dichos escudos sobresalen por su buena calidad de labra y, bajo los mismos, "se abrían amplias puertas que conducían a la capilla de Nuestra Señora de los Dolores y a la sacristía, en el lado de la epístola y del evangelio respectivamente. Están enmarcadas por doble bocelón con igleses típicos del barroco", sostiene Nieves Ruipérez Almajano. 

Proceso de reconversión 

La reconversión de parte del hospicio-convento de San Antonio El Real en la famosa tienda de ropa, inaugurada en 2005, tuvo lugar a comienzos del siglo XXI (antes de esto el inmueble llegó a acoger viviendas y la sede del Banco Central en sus bajos). "Teníamos claro que nuestro cometido era antes que nada poner en valor el preciado continente, respetándolo hasta las últimas consecuencias, y acondicionarlo sin dañarlo para su nuevo cometido. La primera decisión consistió en la consolidación de los antiguos muros. Tras ello, se consensuó con Patrimonio la restitución de muchas de las piezas destruidas", recoge la web del estudio de arquitectura (COHR Arquitectos) que hizo realidad el proyecto dirigido por Sonia Vázquez-Díaz. 

"En el interior de la ruina, una vez consolidada, surge un nuevo edificio que se eleva entre los masivos muros de la nave sin tocarlos, hasta desplegar una cubierta que los protege sin llegar a posarse sobre ellos. [... ] La nueva intervención se piensa como una caja ligera visualmente, construida en acero y vidrio para remarcar la claridad de su concepción y permitir la máxima limpieza formal. [...] La función comercial se insertará en el nuevo prisma, que ha de permitir en todo momento percibir el majestuoso espacio de la antigua iglesia. [...] En la planta baja, se destina la zona del crucero, los brazos y la nave central a la exposición de prendas, usando las dos inconclusas naves laterales para las funciones auxiliares de zonas de cobro y probadores", añade la página web de COHR Arquitectos.

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